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«Sociedades anónimas» vs «clubes de barrio» de antigua cultura obrera

Por JOSÉ LUIS PONSICO *

 

El Senado mendocino rechazó un proyecto para que «sociedades anónimas» administren, gestionen, los llamados clubes «de barrio». En su mayoría nacidos en distintos momentos de la vida argentina. Especialmente, «gobiernos populares» de Hipólito Yrigoyen, década del 20 y luego con el primer peronismo, a partir de los 40 y 50.

El historiador Felipe Pigna tributó «al primer peronismo» creación de 90 clubes en Capital Federal. De pronto, impronta lleva al Club «Pinocho»  Villa Devoto; «Miriñaque», Patricios; «Ciencia y Labor», La Paternal; «Miraflores» Bajo Flores, entre tantos.

La Argentina, en particular el área metropolitana de Capital Federal y gran Buenos Aires, rica historia en proliferación de clubes de barrio. La dirigencia política <de izquierda< como expresión cultural.

Desde los albores del siglo XX y a partir de distintas experiencias en la clase obrera. La recopilación remite al Partido Comunista. En el siglo verifican tres etapas, creación de clubes barriales -también teatros- de natural inclinación política en la clase obrera.

Los años´20, Argentina no llegaba a ocho millones de habitantes, avanzó la primera generación de «cuadros» ligados al Partido Comunista. Los barrios proletarios, como se decía por entonces.

La Argentina un país que crecía. Europa padecía la primera guerra mundial con emigración a América del Sur.  La comunidad española, plena guerra civil del´36, crecimiento del club San Lorenzo de Almagro. Muchos socios nacidos en España.

La Unión Cívica Radical y su caudillo, Hipólito Yrigoyen captaron a los inmigrantes. El popular «Peludo» ganó dos veces por voto popular, 1916/1922 y 1928/1930. Por entonces, nacían distintos clubes de barrio.

Luego de la revolución del´30, dirigentes de la UCR. se volcaron a los clubes. El gobierno militar de José Félix Uriburu proscribió la actividad política partidaria de radicales, conservadores, los partidos de izquierda, comunistas, socialistas y grupos anarquistas.

En los ´30 crecieron clubes de fútbol. Actividad política. La otra etapa reconocida por historiadores es el primer peronismo, a partir del´46. Ciclo dorado del fútbol argentino, varios dirigentes de clubes quedaron en la historia grande.

Desde Antonio Liberti, River, puso en marcha la construcción del Estadio «Monumental» en Núñez, a José Amalfitani, Vélez Sarsfield.

El legendario «Pepe» Amalfitani, uno de los más destacados a través de tres décadas (1940/69) presidente de Vélez Sarsfield en el´43 -hasta su deceso- reivindicó condición «fomentista, vecino y amante del deporte social», en Villa Luro y Liniers.

Club de barrio que culminó teniendo Universidad propia. En Valentín Alsina, Avellaneda, es común encontrarse con historias de clubes deportivos que hace 90 años impulsaron los militantes comunistas, «de Base» el Club Claridad.

Desde los´40 los peronistas con apoyo del Estado. Club Tamet, Talleres Metalúrgicos, luego privatizado en 1980. A cargo de los socios es otra demostración de «compra por parte de los propios socios», explicó el mundialista Omar Larrosa.

Primero obreros (1940) luego empresarios. Allí jugaban en infantiles Rubén Suñé, Larrosa y Norberto Outes, entre otros futbolistas luego consagrados

El historiador Félix Luna compiló en «Todo Es Historia» 04, donde alude directamente a «los clubes deportivos comunistas».

Repasa los clubes obreros promovidos por <el PC< a partir de 1923, como parte de la expansión rusa desde la revolución del´17.

El Partido Comunista argentino fundó la Socialista Internacional, 1918. Consignas deportivas en barrios donde funcionaban fábricas y convivían obreros.

Todos respondían «al deporte proletario». Una de ellas, reproducida por publicación, expresaba: «Deportistas proletarios ¡ Uníos !».

Los nombres de clubes no estaban para nada ajenos a la revolución rusa. Entre ellos, La Internacional, Alba Roja, Estrella Roja, Juventud Obrera Piñeyro, Unión y Trabajo, sin olvidar en Alsina, al club Victoriano Arena.

Le seguían el «Martillo y la Hoz», «Unión Obrera» y «El Porvenir». Esto, Constitución, Gerli, Avellaneda, Barracas, Ramos Mejía y Parque Chacabuco.

El fútbol tuvo influencia inglesa. En 1893 ya existía la Argentina Football League. Antes de AFA. emergieron Asociación Amateur y Federación Argentina Football. Los´30 clases «dominantes» se incorporaron decisivamente.

Dirigentes terratenientes, empresarios, políticos y hasta periodistas. Recordados, Félix Luna, fueron Florencio Martínez de Hoz, Ricardo Aldao, Aldo Cantoni, Virgilio Tedín Uriburu, Adrián Beccar Varela y el mítico Natalio Botana, fundador de «Crítica».

Consignas contra «el deporte burgués». En los clubes se daba inevitable lucha de clases sociales. En zona norte nacían, crecían notorios clubes de rugby. Desde CASI (Club Atlético San Isidro), SIC (San Isidro Club), CUBA (Club Universitario de Buenos Aires). Otra condición social.

En Capital, clubes «Ciencia y Labor», cerca de Agronomía; «Estrella del Maldonado», Juan B.Justo, proximidad Estación Pacífico, Av. Juan B. Justo (Palermo) hicieron sus primeras armas el zurdo Andrés D´Alessandro y Javier Saviola, corazón riverplatense.

«Torneos infantiles Evita» desde el´49 promovieron exámenes médicos en niños. Programas del neurólogo santiagueño Dr. Ramón Carrillo, primer ministro de Salud´46. La memoria social con 300 mil placas radiográficas, chicos de 10 a 12 años, entre 1949 y 51. Con doce millones de habitantes.

La difusión no estuvo ajena. Una revista «Compañerito» competía con la tradicional publicación infantil «Billiken» de Editorial Atlántida, fundada por Constancio Vigil en 1919.

En julio del´32, tapa, la portada comunista aludía a «niños explotados». Y el título decía: «Por pan, ropa y escuelas».

Los «grandes» del fútbol crecieron a partir del profesionalismo, en 1931. Boca, River, San Lorenzo, Avellaneda Racing, Independiente, la mayor atracción.

Equipos, notables jugadores. En 1931 se vendieron dos millones de entradas populares. En todo el torneo.

Veinte años más tarde, advenimiento del peronismo el fútbol atrajo más de tres millones y medio de espectadores. AFA. la Argentina, asimismo, creció con grandes corrientes de españoles e italianos.

Los primeros por influencia de los vascos Isidro Lángara y Angel Zubieta que hacia el final de la guerra civil en su país -estaban de gira por América y se radicaron en la Argentina- fueron adquiridos por San Lorenzo.

Expresión cultural y fútbol de lujo «azulgrana»´46 produjo récord de socios: San Lorenzo, 34 mil socios.  Atrás, River 27.000, Independiente 26.000, Boca 23.400, Huracán 23.083 y Racing 19.955. Estadísticas del historiador Pablo A. Ramírez.

El ensayista, recopilación «Fútbol. Historia del Profesionalismo» instala la idea que hace siete décadas la Argentina promovía el fenómeno de clubes del fútbol, dando la sensación que llamaban la atención mundial.

La medida del fútbol argentino hace 75 años la brindó el árbitro inglés Leonel Gibbs pionero en el arbitraje que contrató la AFA. hacia fines de los´40.

El referí regresó, extrañaba a su familia, dijo: «Habiendo recorrido países y observado a <estrellas< del fútbol, puedo decir que los mejores futbolistas están en la Argentina. Son artistas», se explayó.

En la entrada del club «Homero Manzi», al frente, arriba, a consigna maravillosa de autor anónimo:

«Las grandes obras las piensan santos locos; las construyen esforzados héroes anónimos; disfrutan felices cuerdos y critican inútiles crónicos», dice.

El club «Homero Manzi», bajo Autopista, nació en el´85. Actividad diaria de más de 200 pibes. Llegan de siete colegios: de Boedo, Parque Chacabuco y Caballito al sur del centro comercial de la avenida Rivadavia y Acoyte.

El gobierno de la Ciudad -vencido el concesionamiento- pidió el desalojo hace algo más de cuatro años. El predio defendido por los vecinos. En una semana reunieron 1.400 firmas. La fecha del desalojo prevista en primavera 2013, no se cumplió.

En Europa proliferan precursores del «capitalismo salvaje» comprando clubes con dinero que no va a problemas sociales -inversiones, llaman la atención cientos de millones de euros en danza del mercado de los futbolistas de grandes ligas- curiosamente en medio de fuerte inmigración de esos países pobres. Un contrasentido.

Debate ideológico, abierto: «accionistas del mundo del capital» versus «socios de los clubes sin fines de lucro».

 

(*) Columnista de la agencia Télam, La Señal Medios y Libre Expresión

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