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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Una enorme multitud convocada por el movimiento obrero organizado, las asociaciones sociales y entidades de empresarios, comerciantes y cooperativas, se movilizó hoy a la Plaza Congreso para rechazar la Reforma Previsional impulsada por el gobierno macrista y el plan económico en su conjunto. Después de una brutal e injustificada represión contra los manifestantes, el pueblo se reagrupó. Por la noche, un gigantesco cacerolazo sacudió las grandes ciudades del país.
De común acuerdo, gobierno, medios y fuerzas de seguridad intentaron reducir la significación del acto. En medio de una masiva movilización, el oficialismo consiguió el quórum con 130 diputados para tratar el proyecto con el que pretende cambiar el cálculo de las jubilaciones para avalar otra fase del ajuste económico. La oposición reclamó la suspensión de la sesión por la represión policial en las afueras del Congreso, pero Cambiemos y sus aliados frenaron la moción.
La extensa discusión parlamentaria persiste sobre el cierre de esta edición, así como las protestas. En el debate, pese a la manipulación de las coberturas, ha ido surgiendo parte de la verdad: el enorme alza del precio de los medicamentos y los alimentos, la transferencia económica y la brutalidad represiva oligárquica. A través de numerosas exposiciones los legisladores de distintas bancadas nacional populares se mostraron unificados después de tanto tiempo.
Las vertientes sindicales que impulsaron el gran acto en Plaza del Congreso salieron fortalecidas. Empezando por la Corriente Federal de Trabajadores, matriz del diagnóstico negativo del plan liberal, y junto a ella el moyanismo, que a través de Pablo Moyano y Juan Carlos Schmid se conjugaron en la protesta, así como las dos CTA. Junto a ellos, la CTEP, de enorme convocatoria y las demás organizaciones sociales. Desde allí va surgiendo una nueva conducción real del movimiento popular en la Argentina.
La única defección era previsible, pero no por ello menos vergonzosa. La Unión Tranviarios Automotor levantó el paro previsto hasta el mediodía del martes. Las críticas internas que recibió el liderazgo de Roberto Fernández dejaron una huella de difícil reversión. Los gordos del sindicalismo intentan rearmarse en derredor del macrismo. Poco oportunos pero enriquecidos por las prebendas oficiales, están perdiendo su dimensión de poder gremial para pasar a operar como voceros del ministerio de Trabajo.
Como primera conclusión de las jornadas, se prolonga el análisis efectuado el jueves pasado durante la primera movilización: el debilitamiento del gobierno oligárquico es indudable y progresivo. Empezó la cuenta regresiva de una de las más disparatadas experiencias de los ricos al frente del Estado. Con un mundo que marcha en otra dirección, una elección presidencial sospechada de fraude que mostró distancia de un punto, y un pueblo organizado, amparado desde el Vaticano por otro cultor de la Tercera Posición, madura el knock out.
Los tiempos de la definición son imprevisibles. Pero la tendencia, parece irreversible.
Informes Gustavo Ramírez, Ariel Weinman, Vívian Elem, Lautaro Fernández Elem, Leonardo Martín.
- Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
