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Por HECTOR AMICHETTI *
Desde su lecho de enferma y poco antes de morir, Evita le dictó al maestro Juan Jiménez Domínguez -primer secretario general del primer sindicato de maestros (UDA)- los textos que constituirían su último mensaje.
En uno de sus capítulos decía:
«Declaro que pertenezco ineludiblemente y para siempre a la ignominiosa raza de los pueblos… eso lo saben todos los pobres y todos los ricos de la tierra, por eso me quieren los descamisados y los otros me odian y me calumnian».
Durante más de 3 décadas el texto de «Mi Mensaje» permaneció desaparecido y transcurrieron otras 2 décadas hasta que un fallo judicial lo declaró definitivamente de su autoría.
«Final de un enigma: el polémico libro Mi Mensaje pertenece a Eva Perón», fue el título de una nota publicada por Clarín en noviembre de 2006.
El cadáver de Evita fue secuestrado de la CGT en noviembre de 1955 y, tras un largo peregrinar por unidades de la Marina, altillos de casas particulares y oficinas de los Servicios de Inteligencia, cruzó los mares para ser sepultado clandestinamente en Milán.
Cuando la resistencia peronista alumbraba el camino del retorno, la dictadura de Lanusse entregó el cadáver de Evita a Juan Perón en su exilio de «Puerta de Hierro».
Fue el el 3 de septiembre de 1971. Hoy hace exactamente 46 años.
¡Eva Perón!, odiada para siempre por los enemigos del pueblo, representación de lo opuesto a la oligarquía.
¡16 años secuestrada después de muerta!.
Desde su nota de hoy en el diario «Página 12», mi querido amigo Raúl De la Torre define con claridad quien gobierna en la Argentina actual
Da cuenta de que buena parte del gabinete nacional fue a rendir cuenta de sus actos ante los miembros de La Asociación Empresaria Argentina (AEA).
Es decir ante los dueños de Techint, Arcor, Bagó, Roggio, Clarín, Los Grobo, BGH, Santander y un puñado de poderosos grupos más que proclaman con fervorosa pasión materialista la defensa de «un sistema económico basado en la libertad de mercados y en la empresa privada como motor de crecimiento con pleno respeto del derecho de propiedad y la seguridad jurídica».
«Lo mejor que tenemos son nuestros empresarios» les dijo con una amplia sonrisa el Ministro de la Producción Francisco Cabrera.
Respondiendo al elogio, Rocca, Magnetto, Miguens, Bagó, Rattazzi, Blaquier, Bulgheroni y otros de los presentes ordenaron que tras las elecciones de octubre deben ejecutarse reducción de impuestos para sus empresas, flexibilidad laboral y ajuste de la parte demagógica del gasto público.
Polvo serían sin los trabajadores de sus empresas… proclaman Eva y Juan Perón desde sus tumbas.
¡Lo mejor que tenemos son los Trabajadores y Trabajadoras!
Volviendo a «Mi Mensaje» y con ánimo de refrescar la memoria de muchos dirigentes sindicales que no deberían olvidar que del edificio de nuestra CGT fue secuestrada Eva Perón, rescato algunas líneas de otro de los capítulos:
«Yo no auspicio la lucha de clases, pero el dilema nuestro es muy claro: la oligarquía que nos explotó miles de años en el mundo tratará siempre de vencernos».
«Con ellos no nos entenderemos nunca porque lo único que ellos quieren es lo único que nosotros no podemos darle jamás: nuestra libertad».
Así de simple … así de profundo y comprometedor.
* Secretario General Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
