La Señal Medios Sentir, pensar, actuar
Articulos Relacionados
La aprobación de la flexibilización laboral en Brasil contiene el germen tóxico del neoliberalismo en la región. Un retroceso para universo de los derechos laborales que tendrá impacto seguramente en nuestro país.
El impulso que toma una reforma laboral en el país tendrá un fuerte sustento con lo ocurrido en Brasil. El argumento es sencillo. A través de flexibilizar los derechos laborales la empresas obtendrán mejores ganancias. El trabajador volverá a ser un mero objeto que el mercado desechará cuando lo crea conveniente y sin costo alguno.
El discurso oficial, reproducido hasta el cansancio por el vocería mediático, relaciona a los derechos laborales con la falta de empleo y de inversiones en producción. Por razones obvias ese discursos omite establecer relaciones con la ecuación costo beneficio que establecen las demandas de los organismo financieros internacionales.
Un trabajador sin derechos se convierte en un esclavo. La matriz ideológica de la restauración neoliberal en la región comprende la acción psicológica sobre los sujetos sociales. Así un trabajador es identificado como un “empresario del Yo” donde la movilidad social está condicionada por el esfuerzo individual y no por las condiciones objetivas propuestas por las decisiones del gobierno. La operación en este sentido es lineal, se logra que el desprendimiento de la identificación colectiva y se afianza la noción de individuo.
Por esos medios de acción psico-social se ataca a la política y a las organizaciones vivas del pueblo. El eje de la idea es moral y desde allí se estructura la visión del mundo. Cuando Macri habla impunemente sobre las “mafias sindicales” o las “mafias de la industria del jucio” pone de manifiesto que los males del desarrollo económico están enquistados en los derechos sociales de los trabajadores. Para el Mercado esos derechos no son más que costos aleatorios que deben ser suprimidos de inmediato. Mientras tanto el relato neoliberal alimenta el ego del “empresario del yo” y afianza una moral distintiva que anhela una superación de clase, que obviamente no llegará jamás.
Lo ocurrido en Brasil es nefasto para los trabajadores de la región. Sobre todo porque es reglamentado por un gobierno ilegítimo. En Argentina el avance de la flexibilización laboral está contenido por la fuerza de empuje de los sindicatos. Por eso, insistimos, el Gobierno intenta ganar terreno sobre ellos. Para ello cuenta con el amparo de la corporación judicial. Es necesario apelar a la distinción moral una vez más. Cuanto más se reproduzca la idea de que los sindicatos y sus dirigentes son “organizaciones criminales” más se podrá avanzar sobre ellos. El sujeto, “empresario del Yo”, verá así satisfecho su apetito moral y se identificará con estas falsas premisas promovidas por el Gobierno.
El plan está en marcha. El “vienen por todos” no es una apreciación caótica en el medio de una narración difusa. Necesitan consolidar su estructura de negocios tal como lo demanda el mercado financiero. Por eso vienen por el Movimiento Obrero y por los trabajadores.
* AGN Prensa / La Señal Medios.
