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jueves , abril 25 2024
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AY PAÍS, PAÍS, PAÍS

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 
Hemos indicado que, entre tantos, el diario El País de España (autoevaluado cual periódico global), configura un ejemplo significativo de la oscura noche, con lloviznas y ráfagas desapacibles incluidas, que atraviesa el pensamiento europeo hegemónico. Vamos a leerlo porque su recorrido, enseña.
 
Antes vale una puntualización, para que no se equilibren datos históricos y se presuma que estamos hablando de tigres de papel en medio del crecimiento central. Si así fuera, por mucho dolor que nos provocara, admitiríamos el derecho de narrar una historia exitosa. Pero todo esto se asienta en la debacle más pronunciada de todos los indicadores españoles en particular y europeos en general.
 
EN FOCO. La edición dominical, de amplia llegada, arranca nomás con cuestionamientos al Papa Francisco. Enlazando con la película Spotlight, articulada por The Boston Globe, el diario peninsular da cuenta de la “ineficacia” de los esfuerzos del argentino para batallar contra los abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica. Una delicada historia contribuye a suponer que la posición vaticana es, apenas, maquillaje de la hipocresía.
 
La “noticia” está acompasada por demandas eslovenas para reintroducir la influencia europea sobre los Balcanes, críticas contra la izquierda “machista” en Israel para prohijar un candidato de “centro”, y ante la imposibilidad de negar la consolidación del gobierno sirio en su territorio, señala que “La inminente derrota del ISIS en Siria desata una carrera por apoderarse de sus feudos”.
 
SENTIDO. Pero eso no es todo. En un intento por vivificar Tien an men, destaca una movilización de 60 mil personas en Hong Kong. Los manifestantes “plantan cara a Pekín”. Toda la historia evita precisar las proporciones adecuadas en un país donde los seres humanos abundan, y lleva a inferir la aburridora y eterna canción referida al autoritarismo chino. Es de interés tal persistencia porque el capitalismo avanzó en la potencia euroasiática y la devolución basada en “un país, dos sistemas” resulta inocultable.
 
En verdad se trata, entonces, de golpear modelos de desarrollo económico que no ventean recursos para que los capture la aspiradora financiera, sino que afirman la producción de bienes de producción mediante la presencia estatal. Ahí está el problema: El País le propone a los españoles y al mundo que lo reverencia la continuidad del suicidio, como si la lección no hubiera estado clara ya en el 2009. Se yergue, como “nuestra” La Nación, en un tótem a la hipocresía.
 
Los intereses financieros concentrados –mediante El País– sugieren a los lectores denostar, cuestionar, condenar cualquier intento de crecimiento industrial, de ampliación del consumo, de derechos extendidos. Todo es populismo, y el populismo es –vaya a saberse porqué, tras la lectura del medio en cuestión- nocivo para todo; la democracia, la cultura, la libertad y cuanta abstracción hueca se les ocurra consignar.
CLÁSICOS. Sin embargo, el lector atento en este Sur ha de preguntarse ¿pero cómo? ¿y los clásicos? Los clásicos de la comunicación, como aquellas obras que operan cual continuum para aquilatar argumentos sin base pero densos por número, siempre están. Más abajo los dedos del avejentado continente se alzan contra Venezuela… y buena parte de la edición encuentra destacados ataques al nuevo pisador de pollitos de la escena rock internacional: Donald Trump.
 
A Trump se lo narra desde sus “agresiones” y “amenazas” contra la prensa libre. En un tweet el rubicundo golpea a uno de los agentes promovido como presentador de noticias en CNN. Los contenidos son menos espectacularizados, porque deben reproducir acertadas objeciones del jefe de Estado yankee contra quienes realizan “denuncias falsas”. Igual, el diario no va más lejos. A ver si todavía. El conjunto de las noticias está amparado por una sección que se denomina irónicamente Universo Trump.
 
Es que ya se sabe: los comecuras hispanos son tremendos contra la Iglesia y el imperio anglosajón.
 
Finalmente, El País se adentra en nuestro bien: brinda consejos a los argentinos para trampear al Estado que “asfixia tu economía”. En esa línea, casi como detalle de buen gusto para nuestra gente, una bella rubia nacida en las pampas sugiere adquirir vuelos low coast para no pagar demás en esos caros aviones que andan bien y llegan a tiempo.
 
DUERMEVELA. Cada cual se ahorca con la soga que le va mejor. Esta nota no influirá allende los mares, pero puede servir para reflexionar sobre lo que leemos y escuchamos por estos pagos. Es posible consolarse al saber algo: ni China ni Rusia, ni sus aliados, siguen las indicaciones libérrimas de El País. Las sombras que genera a través de lúcidos redactores que vierten lloviznas confusas y frías sobre la mente de un público en duermevela, siguen ocupando el lindo cielo europeo como un invierno perenne.
 
El de Alsogaray, diríamos acá; pero ¡qué osadía decir a ellos que el invento, ya había sido inventado!
 
Director La Señal Medios / Sindical Federal / Area Periodística Radio Gráfica.
 
www.radiografica.org.ar

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