BIGtheme.net http://bigtheme.net/ecommerce/opencart OpenCart Templates
jueves , abril 25 2024
Inicio / Internacional / VIETNAM / Relato de mundos posibles

VIETNAM / Relato de mundos posibles

Por GUSTAVO RAMÍREZ *

El tiempo está ahí. Pasa junto a nosotros y no lo vemos y no lo sentimos. Respira sobre nuestra nuca con su aliento gélido y tenebroso. ¿La memoria puede ser tiempo? Allí está el mundo, su tiempo, su memoria. Tal vez le tengamos más miedo al tiempo que a la muerte. Ambos son persistentes. Pérfidos. Innegables.

16 de marzo de 1968. Vietnam. Aldea de My Lai. ¿El sistema tiene memoria? Reagan se encargó, desde su gestión, abonar un relato que describía a Vietnam como una “casa justa”. Entonces la memoria fue obra de una construcción discursiva y una operación psicológica, que sirvió para justificar lo que sucedió en esa aldea.

“Mientras la guerra estaba en marcha, Reagan defendió sin ambages lo que significaba la victoria para él. Y su definición señala por qué la historia de Vietnam, de hecho la propia existencia del pueblo vietnamita, es irrelevante para el relato de la causa noble”, escribe Bruce Franklin en su libro Vietnam y las Fantasías Norteamericanas.

La guerra para Estados Unidos puede resultar anacrónica si de ella se hace una industria. Reagan fue el fiel exponente neoliberal de esa doctrina. Por eso vale la pena traerlo a cuento. Sobre todo porque su relato no ha muerto con los años. Con la complicidad del tiempo.

Aquel día las tropas del teniente Willian Calley llegaron temprano a la aldea. Tenían información que allí operaba una base del Frente de Liberación de Vietnam. Sin embargo la información no se correspondía con la realidad. En My Lai el pueblo estaba desarmado y aterrado. Aun así el teniente ordenó que la operación continuara. Más todavía. No tenía que quedar nadie vivo. Nada en pie.

Estamos a reflejar la muerte en números. La matemática nos da dimensión. Más que el tiempo. Ese día 504 personas murieron. El registro habla de 182 mujeres de la cuales 17 estaban embarazadas. 173 niños perdieron la vida.

“En My Lai, los soldados norteamericanos no sólo masacraron a unas quinientas personas desarmadas, sino que también sodomizaron a las muchachas jóvenes, violaron a las mujeres delante de sus hijos, acuchillaron a los niños con bayonetas frente a sus madres, y usaron los bebés para practicar tiro al blanco” relata Franklin.

Y no parece suficiente. Llegamos tarde. Sobre todo en el recuerdo. Diariamente en Siria, Irak, Pakistán, África existen una y otra vez miles de My Lai. El Sísifo de la guerra permanente. El demonio perfecto del mercado. Una poderosa mierda.

En Vietnam murieron alrededor de 3 millones de personas. 58.022 soldados estadounidenses. Es un recuerdo. Sin embargo en la actual coyuntura geopolítica es presente. Más presente que nunca porque la carnicería se lleva adelante por otros medios. En otras partes del mundo y siempre, siempre está Estados Unidos. Su relato, su fobia y sus medios.

“No vietco, no vietco” gritaban las mujeres arrodilladas junto a sus hijos. Pero la Compañía Charly no distinguía nada. La náusea sartreana llevada al extremo del paroxismo narcisista. El teniente Calley sabía lo que hacía. Así que no vaciló en descargar sus balas contra los aldeanos. Los “chicos” de la Charly amaban sus M-16. Todo ocurrió en cuatro horas, un poco más tal vez.

El ejército de Estados Unidos encubrió el hecho en nombre de la democracia. Como bien lo hace ahora. ¿Por qué iba a cambiar algo? En 1969 el periodista Seymour Hersh dio a conocer lo ocurrido en My Lai.

Willian “Rusty” Culley fue condenado a cadena perpetua. Nixón le otorgó el indulto por lo que el teniente sólo pasó a la sombra tres años. El “Oxidado” pidió disculpas por lo ocurrido en My Lai en 2009. ¿Tiempo? ¿Memoria?

Vietnam no ha terminado. Esa guerra está presente en cada acción bélica que lleva adelante Estados Unidos. Lo ocurrido en esa aldea en la provincia de Quang Ngai hace 49 años se reproduce en Siria por ejemplo.

En seis años más de 450.000 personas perdieron su vida. Existen 11 millones de refugiados. Se estima que 650 niños fueron asesinados solamente durante el 2016 mientras que 850 fueron “reclutados” para la guerra. Y allí, sí, está Estados Unidos.

El tiempo. Un aliado persistente en la concentración de acontecimientos trágicos. La memoria. Un viento fresco que nos golpea en la cara de vez en cuando. Y aún quedan días por venir, muertes por ocurrir, notas por escribir.

¿Cuántos relatos de mundos posibles caben en un puñado de tiempo? En 49 años. En seis. En uno.

* AGN Comunicaciones / La Señal Medios.

Comentarios

comentarios

Visite también

Vladimir Putin, en diálogo con Tucker Carlson (Texto y video completos)

    El conflicto ucraniano, el autor de los sabotajes contra los Nord Stream y ...