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jueves , marzo 28 2024
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PERONISMO / Los factores subyacentes en el sendero de unidad

Por GABRIEL FERNÁNDEZ *

 

Tras el congreso del PJ bonaerense del jueves pasado,  las distintas franjas internas quedaron habilitadas para presentar sus listas de candidatos hacia los comicios de 2017. El encuentro, como sabemos, se realizó en el polideportivo Alberto Balestrini, de Lomas del Mirador. Contra algunas previsiones, se añadieron tres apoderados más a los cuatro previamente acordados para garantizar la unidad y lograr que los distintos espacios fueran representados. El Partido Justicialista bonaerense tiene ahora nueve apoderados. Acompañe este texto hasta el final.

Tras un año pletórico de acusaciones cruzadas y para evitar derrapes en el sendero de la unidad, los apoderados por la primera sección fueron los dos que estaban en pugna, ya que el Grupo Fénix -más afín al kirchnerismo- proponía al intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, mientras que el Grupo Esmeralda impulsaba al jefe comunal de San Martín, Gabriel Katopodis. Los dos son ya parte del grupo que admitirá candidaturas.

La solución de incorporar apoderados también involucró a la tercera sección electoral, porque al acuerdo previo de que el representante legal sea sólo el intendente de Berazategui, Patricio Mussi, se sumó Fernando Chino Navarro, por los movimientos sociales. Para el interior, la lógica fue semejante. Los apoderados son Hugo Corvatta (Saavedra) y Francisco Durañona (San Antonio de Areco), mientras que el representante de la CGT es el secretario gremial de ATSA La Plata, Pedro Borgini, también concejal en la capital provincial. Es decir, a Jorge Landau -apoderado desde 1988- y al camporista Eduardo «Wado» De Pedro se sumaron Sujarchuk, Katopodis, Patricio Mussi, Navarro, Corvatta, Durañona y Borgini.

En este marco se expresó Ariel Sujarchuk. «(La unidad) es un dato muy importante porque luego de un año muy intenso donde tuvimos que aprender a construir una horizontalidad a convivir desde distintas extracciones de peronismo», afirmó el intendente de Escobar tras la reunión. «Se encontró un modelo de participación para unir al peronismo para la legislativas de 2017». Y agregó: «No es fácil unir voluntades, había mucho que discutir en torno a lo que pasó, pero la política nacional termina uniendo porque es tan clara la diferencia entre lo que busca el peronismo para el país que la que está ejecutando el Gobierno que hay que deponer diferencias personales o sectoriales para buscar el proyecto colectivo y ese proyecto que nos permita ser una opción competitiva para 2017».

El jefe comunal declinó brindar nombres propios sobre las personas que liderarán las listas. «Todavía no llegó la discusión de candidatos pero quedó en claro que el armado va a tener la participación de cada uno de los sectores que por su trayectoria merecen estar sentados en una mesa de acción política», estimó. «Está claro que el armado y la composición va a tener la opinión de todos los sectores que tienen una cuota de disenso sustancial, como sean intendente, legisladores o dirigentes con nombre propio, que por su trayectoria merecen estar sentados en una mesa de unidad como la que se formó», señaló.

Por su parte el Chino Navarro anunció que cada grupo interno podrá presentar su lista. «El Grupo Esmeralda, como los demás sectores internos del peronismo, estuvo en La Matanza y formará ámbitos de resolución, con sus apoderados. El esfuerzo del jueves, para que todos los sectores estén representados con apoderados, que tramiten la cuestión electoral, con lo plazos y la Junta Electoral, que regula, es que todos pueden particular. Ya no hay verticalismo, ni jefatura cerrada, nadie que dice ‘esto va a ser así ahora'», enfatizó. «Como somos una fuerza democrática, nuestros simpatizantes son los que van a elegir a los candidatos», indicó, y aclaró que «todos se adhirieron a reglas de juego claras para reestablecer la confianza de nuestro pueblo peronista».

«El Movimiento Evita no se enamora de la foto ni de la jugada. Hoy es una unidad formal, no política. Esto es un proceso. Para transitar positivamente de la unidad formal a la unidad política hay que dejar de lado las agrupaciones, porque cuando las agrupaciones o la parte son más importantes que el peronismo y el conjunto del pueblo argentino, ahí empezamos a equivocar el camino. Cuando todo se ordena desde una candidatura o una encuesta y no sabemos qué pasa en la barriada más humilde, y no sabemos cuál es la profundidad de esa crisis, debemos pensar en el todo, no en la parte», analizó.

Navarro dijo que el próximo año el peronismo tiene que «lograr un triunfo electoral y político para generar una fuerte derrota al modelo de ajuste y empobrecimiento de Macri. No hay que mirar lo que hay en la otra lista. Si sigue prevaleciendo la parte por sobre el todo va a ser una experiencia fallida. Es muy difícil pero lo vamos a lograr». «La cancha chica macrismo vs. kirchenrismo le conviene a Macri. Ellos evalúan que polarización les conviene, y que a pesar del desastre económico, creen que van a ganar y quieren sacar al resto de los competidores de la cancha», expresó.

Por último, el diputado del FpV se mostró a favor de competir en las internas abiertas y no a puertas cerradas. «Las PASO es un instrumento del que tenemos que estar orgulloso, es producto de nuestro Gobierno, permite que todos puedan participar, le permite al conjunto de la ciudadanía a votar propuestas, ideas, partidos, pero no acotarlo a un padrón de afiliados. Eso es para autoridades de un partido. Cuando elegimos representantes que lo elija el conjunto de la ciudadanía».

Datos reservados

Es importante, aunque resulte evidente para la militancia avezada, recordar que hasta el presente se ha hablado de apoderados, no de candidatos. Es decir, hay un marcaje de cancha compartido. Pero a partir de ahora se lanzan las construcciones de armados destinados a lograr protagonismo electoral concreto. Avizoremos la proyección general del camino emprendido en el distrito más numeroso.

Las informaciones que nos hacen llegar a La Señal Medios sobre la interioridad del Movimiento Nacional son interesantes porque pese a las discrepancias inocultables trasuntan una tensión que, a partir de la necesidad, orienta hacia la unidad. Una conjunción relativa, claro, pero un tanto más adecuada a las necesidades populares que la dispersión -con gran verba- padecida el año que se cierra.

Vamos a las cosas, entonces: por un lado, el movimiento obrero va a participar de la reorganización del Partido Justicialista. Por varias vías la realidad se ha puesto en su lugar. Sin embargo, se registró un primereo por parte del Smata, que pretende ubicar a su hombre en el Congreso, Oscar Romero, como una suerte de «delegado» del espacio laboral en el frente político. La sola intención de los mecánicos, que ni siquiera cuentan con el amparo de la totalidad del Masa, despertó inquinas a diestra y siniestra.

El moyanismo no quiere que Romero represente nada en nombre del movimiento obrero, pero tampoco desea acercarse al kirchnerismo. Por motivos ostensibles, está en una encrucijada sin solución aparente, pues el PJ no podrá reorganizarse sin el concurso determinante de las fuerzas que responden a la dirigente más popular, Cristina Fernández de Kirchner. Mientras los rumbos abiertos por Sergio Massa se van cerrando por su obsecuencia macriavélica y su cercanía con personajes corrosivos como Margarita Stolbizer, los senderos del potente espacio camionero se van angostando.

La Corriente Federal de Trabajadores, que ha hecho de la precisión discursiva, la incorporación de gremios industriales y la apertura de espacios regionales sus herramientas más firmes, intentará doblegar cualquier autodesignación irrepresentativa de sindicalistas en el seno del peronismo. Cuenta con hombres con fuerte presencia de base pero también carnadura en el ámbito político: Walter Correa y Abel Furlán son algunos de los que tienen importante andar en ambos lugares, y buen trato con el kirchnerismo. Atenti que hay regionales. Atenti que ahora, todos juegan.

Para que todo esto se desplace con cierta armonía (ese concepto, en el Movimiento Nacional incluye chispas y polémicas) es preciso brindar a los lectores una información sustancial: Cristina podría proponer que Daniel Scioli encabece las listas bonaerenses en los comicios del 2017. Allí, La Campora se comprometerá a poner lo que hay que poner en campaña para salir adelante con un contundente rechazo a las prácticas oficiales que siguen hundiendo a la Nación. La eventual candidatura de Scioli operará como un mensaje hacia los otros distritos.

Alguien se preguntará porqué. Bien, partiendo de la solidez mostrada por la figura de CFK a pesar de campañas de sorprendente intensidad en su contra, la presencia del ex gobernador bonaerense permitirá involucrar a segmentos que, sin ser parte del núcleo evaluado como kirchnerista, están más interesados en golpear al liberalismo conservador que en dirimir internas pequeñas. Ahí es donde la realidad hace su aproximación: muchos olvidan que miles de sindicatos en todo el país se cuadran en batallas singulares y a la vez trascendentes. Es decir, están más interesados en construir un garrote macizo para horadar la política económica que en corroer a tal o cual vertiente.

Más claro: no siempre las observaciones de los dirigentes «nacionales» resultan adecuadas a las necesidades de sus federados. De hecho, el triunvirato de la CGT ha perdido prestigio y muchos de los que alzaron su mano en el Congreso de la central obrera hoy perciben que la incidencia de Massa en sus decisiones carece de un sustento que de un modo u otro pueda beneficiarlos. Concretamente, las charlas reservadas de la dirigencia sindical que necesita día a día dar respuesta a sus afiliados, revelan claridad sobre el objetivo central de la administración macrista: ajustar continuamente para devaluar el salario.

Bien. En ámbitos donde se cruzan política y sociedad, el contrapunto entre el Movimiento Evita y La Cámpora resultó beneficioso. Era evidente que la militancia de base de la primera organización indicada, tenía que operar como una fuerza de la naturaleza, distanciándose de quienes, sin manejo de poder estatal, pretendían seguir disciplinando al conjunto. Al mismo tiempo, La Cámpora, al contar con la inocultable conducción de CFK, aunque vió limitado su poderío sabe que cuenta con el as de espadas. Todo eso denota un equilibrio interesante, mucho más razonable que la costumbre de configurar listas integralmente ocupadas por miembros de una sola vertiente del bravío mar que configura el movimiento nacional.

Con este panorama lo poco de atractivo que queda en el Frente Renovador se desprenderá o fenecerá: básicamente Alberto Fernández y Felipe Solá. Si se siguen sus declaraciones en el último trimestre se observará que ambos están más interesados en diferenciarse de Sergio Massa que en cualquier otra maniobra política. Pero una vez resuelto ese dilema, entran a tallar otros protagonistas, de suma importancia a la hora de concretar acciones electorales que cobren la dimensión adecuada.

Se trata de los intendentes. Aunque María Eugenia Vidal los apremia con presupuestos y seguridades, ellos saben que necesitan contar con primacía en los concejos deliberantes y con capacidad de presión ante un gobierno bonaerense que, si puede, «ahorra». De allí que no resulten indiferentes a los sondeos que explican la primacía de Cristina y tomen bien en cuenta el nuevo emblocamiento del gremialismo. Pero nace una disyuntiva, que se ha insertado desde ese flanco: no son pocos los que estiman más convocante la presencia en campaña de Florencio Randazzo que la de Scioli. ¿Se pueden combinar ambos nombres? El tercero en discordia es Julián Dominguez; por lo pronto, Aníbal no tiene hasta el presente, volumen de juego.

Este diciembre, por vez primera, el conjunto del peronismo –incluidas las variantes antioficialistas- ha alzado su mirada y congelado las reyertas de menor trascendencia.  Las internas no serán sencillas; de hecho nunca lo son. Y muchos cruces previos pueden renacer ante la necesidad de imponer candidatos  y criterios: vale recordar que, entre ambos, se encarnan intereses.

Lo cierto es que lo vertiginoso del programa antinacional y antipopular del gobierno macrista, incentivado en el nuevo tramo por la presencia de Nicolás Dujovne y Luis Caputo en el área económica, viene logrando licuar el impacto dispersivo que necesariamente la derrota debía generar el Movimiento Nacional.

  • Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica.

 

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