La Señal Medios Sentir, pensar, actuar
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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Momentos de un trayecto sostenido por el interés nacional popular de fondo. Aquél encuentro en La Cañada, casi dos años atrás. Reuniones varias en la sede histórica de la CGT de los Argentinos, en Avenida Paseo Colón. Encuentros federales. Gran acto en Villa Constitución. Presencia en el Confederal de la CGT. Masividad en Rosario, General Rodríguez, Córdoba. Ferro 1 y Ferro 2. Aristas visibles de una realidad que no es evidenciada por los grandes medios, pero existe con potencia.
En ese flanco, comunicacional, quienes abordan la actualidad a través de Radio Gráfica, Sindical Federal y La Señal Medios, saben desde hace mucho sobre esta existencia. Saben que los cuatro o cinco rockstars panzones del sindicalismo que aparecen aquí y allá no encarnan a las decenas de miles de luchadores de base que honran la historia de un movimiento obrero vigoroso y vertebrado.
El acto del viernes 12 de agosto en el estadio de Ferro Carril Oeste dio cuenta de la punta del iceberg de esa corriente intensa que transita por las venas de la clase trabajadora argentina. Y si ese líquido fogoso lleva torrente hacia el Congreso del 22 en Azopardo, francamente, lo trasciende. Veamos porqué.
La Corriente Federal de Trabajadores arriba fortalecida al encuentro cegetista venidero. Como se desprende de los discursos de sus referentes y de su programa, planteará un plan de lucha firme contra el gobierno oligárquico y su ajuste, la presencia de las delegaciones regionales en la conducción de la central, y lugares para el espacio en el Consejo Directivo. Un esfuerzo significativo para avanzar y, al mismo tiempo, sostener la unidad.
Pues bien; si estos planteos no son receptados en la CGT, la realidad seguirá existiendo. Es decir, la Corriente Federal, configurada por representaciones de todas las provincias y algunos de los sindicatos industriales más importantes del país, continuará adelante abriendo senderos amparados por la necesidad masiva de contraste con quienes imponen una brutal transferencia de recursos.
El país se está hundiendo aceleradamente por la acción de los gerentes de las grandes compañías que tomaron el lugar de la política desde el gabinete macrista. Los trabajadores llegan a salvar la nación. La herramienta más lúcida que han elaborado hasta el presente es la Corriente presentada en Ferro, que absorbe una historia profunda de programas y acciones destinados a levantar la bandera azul y blanca del fango en el cual la arrojan los poderosos.
Los indicadores difundidos por estas horas resultan dramáticos. La caída del poder adquisitivo popular ha derivado en una emergencia social ampliada, ya denunciada en movilizaciones masivas una semana atrás. Esto originó una baja en comercio y producción que derivó en cierres, despidos y suspensiones. Por debajo, en una zona menos visible de la economía, se registra un endeudamiento récord innecesario, un alza desmedida de la emisión y un déficit creciente.
El déficit se genera porque en lugar de volcar recursos estatales sobre la sociedad, se los canaliza en dirección a las grandes compañías. Estúpidamente, el Estado argentino pretende relevar el nivel de rentabilidad que damnifica a través del recorte de los recursos populares, entregando la capacidad tributaria a los verdaderos grandes ladrones de nuestra patria. Por eso hemos insistido tanto, desde estos medios, en diferenciar déficit fiscal de inversión social.
Todo este desastre es mostrado por la Corriente Federal de Trabajadores, y con la responsabilidad que resulta inherente a nuestro movimiento obrero, se ofrecen soluciones. Porque cuando esta confluencia sindical propone el cese de los despidos, de las suspensiones y de los tarifazos, cuando rechaza los acuerdos con los fondos buitre, cuando indica la necesidad de retomar la protección industrial en beneficio de la comunidad, ilumina el camino para todos.
Sobre estas claves se moverá el movimiento nacional y popular en los próximos tiempos, diga lo que diga un puñado de dirigentes alejado de sus intereses profundos. El programa de Huerta Grande, aunque tantos no lo conozcan, habita entre nosotros y patea las puertas que los medios han clausurado en muchas mentes. La política nacional popular revive tras un tiempo de hibernación y lo hace con un vigor que brinda calidez a las esperanzas.
Se avecina algo mucho mejor que un estallido: se viene la construcción.
*Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica
