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miércoles , abril 24 2024
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CRISTINA / El mundo, para pensar en perspectiva

Aquellos que siguen nuestros medios saben que asignamos especial relevancia a la política internacional. De hecho, consideramos que el decurso de la misma influye decisivamente en los senderos locales y su desconocimiento nos impide visualizar el contexto de situaciones que en ocasiones se evalúan como específicas. En esa dirección, así como reivindicamos plenamente el planteo suramericano esbozado por Juan Domingo Perón en el año 1953, tenemos una alta valoración acerca de la acción y la comprensión registrada durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

El reciente reportaje a la ex presidenta, que los lectores pudieron seguir en las páginas de La Señal Medios, ofreció una nueva posibilidad de conocer esa mirada aguda y tercerista, objetiva y a la vez situada regionalmente, que ha caracterizado y –felizmente- sigue caracterizando, a la líder nacional popular. Debido a dificultades de cuño propio, esa voz diferente no resultó difundida en el ámbito local durante su gobierno. Los que realizamos análisis político internacional de fondo, con un mirador sureño y un perfil popular, lamentamos que el conjunto de los medios argentinos hayan ignorado o transfigurado ese aporte singular al pensamiento político continental.

Una confesión: mientras observábamos la imagen de la ex jefa de Estado en El Calafate, intuíamos que los distintos espacios comunicacionales iban a realzar, cual eje, las respuestas a interrogantes sobre juicios, corrupción y acusaciones. Otra confesión: escuchamos esos segmentos por formalidad, sin interés, porque estimamos indigno que Cristina deba dar explicaciones de detalle cuasi policial cuando merece un lugar pleno de reconocimiento por haber conducido adecuadamente a la nación en tiempos complejos. Frente a esta insistencia mediática de colocar lo menor por sobre lo trascendente, resolvimos reproducir, por un lado, la entrevista completa, y aquí, puntualmente, sus apreciaciones sobre el panorama internacional.

Esto vale y amerita una lectura detenida.

GABRIEL FERNÁNDEZ / La Señal Medios

 

Periodista: –En una de las últimas reuniones del Mercosur usted estaba muy contenta por la inauguración de Venezuela, la incorporación también de Bolivia. Ahora vemos una crisis en el Mercosur y un intento de aislar a Venezuela a través del gobierno interino de Brasil con el apoyo de Paraguay y de la Argentina. El economista Alfredo Serrano Mansilla tiene una expresión respecto de lo que se viene en el continente de nuestra América Latina que es “un continente en disputa”. ¿Cómo se entiende lo que está pasando en la región tomando en cuenta también lo que está pasando en Brasil? ¿Cuál es el eje de la disputa que hace que este enfrentamiento sea tan poderoso?

CFK: –Vos decís “continente en disputa” y yo creo que ahí comienza el problema. En 2001, Estados Unidos había estado un tanto distraído, producto de su lucha contra el terrorismo y de que había sido agredido fuertemente en su propio territorio a partir del atentado a las Torres Gemelas. Yo creo que este continente en disputa comienza a visualizarse claramente cuando los gobiernos nacionales y populares -Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia- comienzan a tener relaciones comerciales, políticas y económicas con otros actores internacionales, fundamentalmente con la República Popular China y con Rusia, terrenos vedados a estos países en la región. El resultado son los acuerdos estratégicos que realiza la Argentina, por ejemplo el primero que lo realiza el Presidente Kirchner con el Presidente Hu Jintao y luego yo profundizo con el Presidente Xi Jinping, cuya expresión más demostrativa es la construcción de dos represas hidroeléctricas de gran magnitud y el Belgrano Cargas. A eso hay que agregarle la participación de Brasil en los BRICS. Esta reunión que yo contaba, en la cual estuvo presente Xi Jinping y Vladimir Putin, en Brasilia, y la creación de ese fondo casi alternativo a lo que podía ser el manejo del Fondo Monetario Internacional, crea una alerta roja –yo creo– en un país como Estados Unidos que no está pensando a ver quién va a ganar las elecciones, si Hillary o Trump. En el sistema norteamericano es lo mismo que gane uno o el otro. No estoy criticando que se piense de esa manera como potencia.

Toda potencia piensa su desarrollo no en base a la próxima elección presidencial o parlamentaria sino en su sobrevivencia como tal en los próximos 50 o 60 años, planifica de esta manera. El Partido Comunista Chino también lo hace de esta manera. Tal vez China con mayor preocupación porque son 1.400 millones que tienen que atender y que crecen cada vez más. O sea, las grandes potencias tienen una planificación estratégica a largo plazo. Y obviamente yo creo que Estados Unidos puede haber visto en la región estaba ingresando la República Popular China, estaba ingresando la Federación Rusa, y que esto podía ser objeto de disputa en una región que es uno de los acuíferos más importantes del mundo, reserva de minerales de las más importantes del mundo, reserva energética de las más importantes del mundo –Venezuela, nuestra propia Vaca Muerta–, y alimentaria además, otra cosa fundamental. Somos la gran productora de alimentos, de materias primas, en el mundo, con lo cual somos una región estratégica para el desarrollo y el mantenimiento de cualquier país potencia. Yo creo que esto debe haber movido intereses, pensamientos y acciones de manera tal de que hubiera una limitante al ingreso o a la apertura de estos países, de nuestros países, a gobiernos que obviamente tienen también disputas comerciales, disputas de geopolítica.

Se está rediseñando un nuevo mapa geopolítico complejo en el mundo, mucho más complejo de lo que parece, porque esto que parece ser una tensión entre China, o Estados unidos, por cuestiones económicas, o Rusia, tiene un ingrediente nuevo que es el surgimiento del terrorismo en el mundo, un ingrediente muy fuerte, muy nuevo, que es absolutamente posmodernista. Los liderazgos de la modernidad eran liderazgos individuales, ¿no? Eran Mandela, Fidel Castro, Charles de Gaulle, Kennedy, Perón, Yasser Arafat, eran personajes individuales. Vos fijate que el único atisbo de liderazgo muy parecido a la modernidad es el de Vladimir Putin, pero después los liderazgos se basan en forma sistémica en lo que es Estados Unidos.

Vos fijate lo que está pasando en Estados Unidos, otra cosa que me interesa charlarla acá. Dentro de poco, el primer martes de noviembre va a haber elecciones en Estados Unidos y hay dos candidatos que pueden llegar: Trump o Hillary Clinton. Uno tiene –dicen– el 57 o 58 por ciento de rechazo. Hillary dicen que tiene el 52 o 53. O sea que a más de la mitad de los estadounidenses no le gustan los dos candidatos de su país. Con lo cual, no van a votar el candidato que más les gusta, que es lo normal, sino que van a votar por el candidato que menos malo les parezca. Esto es muy malo para la política, porque esto le da un poder a las corporaciones brutal, y esto es lo que siempre ha temido el establishment de Estados Unidos, que no les salga de vuelta un Roosevelt que de repente les desacomoda el tablero. Creo entonces que en una elección en donde saldrá electo Hillary Clinton o Trump, va a ser un presidente bastante débil frente al poder corporativo. En Estados Unidos no es un liderazgo individual, es sistémico, de un sistema de poder.

Después tenés el liderazgo chino que por las propias características es el liderazgo del Partido Comunista Chino, esto no es ningún secreto, que además elige sus líderes temporalmente, pero el que lidera es el Partido Comunista Chino. Está Putin con un liderazgo sí de carácter individual. Y después los liderazgos que están surgiendo en la posmodernidad son de orden religioso: un liderazgo muy fuerte es el del Papa Francisco, y por otro lado el del mundo islámico que no reconoce ninguna figura puntual, pero son liderazgos de carácter religioso-espirituales los de la posmodernidad, lo cual no es bueno ni malo en sí mismo, pero plantea desafíos diferentes. Esto que pasó en Niza por ejemplo. Esta es una cuestión que yo la discutí y parece que no le gustó a algunos en el Consejo de Seguridad cuando me tocó intervenir en septiembre de 2014 en Nueva York, cuando dije que el año anterior nos habían ido a solicitar que demos apoyo para invadir Siria, derrocar a Al-Ásad y ayudar a los fighters of freedom, que eran los guerreros de la libertad, y al año siguiente los guerreros de la libertad se habían transformado en el ISIS y eran enemigos de la Humanidad.

Esto no transcurrió en un siglo, esto transcurrió en apenas un año. Quiere decir que hubo una mala evaluación por parte de quien es la primera potencia en el mundo acerca de lo que fue la Revolución Árabe, la Primavera Árabe o como quieran llamarla. Y yo dije en su momento que el mundo se iba a convertir en un lugar inseguro se esté donde se esté, y que el terrorismo lo que buscaba era eso: crear terror. Y fijate vos lo que pasó en Niza ahora. Ya no es el temor de que alguien se vuele o empiece a los tiros en el Aeropuerto de Estambul, como vimos. No, ahora nos encontramos con lobos sueltos. ¿Quién puede pensar cuando ve un camión que el camión le va a pasar por encima? Nadie. Esto es el terrorismo: el hacer sentir a la gente que no va a estar segura en ninguna parte, en ningún lugar. Estamos en un mundo muy complejo y no hay una estrategia clara para enfrentar este fenómeno del terrorismo. Hay que sentarse a pensar una estrategia diferente, porque si se sigue con la estrategia de ir, invadir y bombardear países, cada vez estamos peor. Se ha venido haciendo esto: se invade un país, se lo bombardea, se mata al tirano, el líder de turno. Mirá lo que es Libia hoy: un conglomerado de tribus donde hay que ir y negociar con cada tribu para ver quién saca petróleo de acá o de allá. Por eso digo que hay una mala lectura.

El otro día lo decía Rogers, que el tema de la desigualdad es también un generador de lobos sueltos en el mundo, en Europa. Este hombre que comandaba el camión era un francés hijo de tunecinos, que mató a un montón de musulmanes y tunecinos al arrollarlos con el camión. Mirá vos cómo se va haciendo una bola de nieve incontenible. Por eso digo que es un mundo muy complejo y requiere de mucha inteligencia, y fundamentalmente de entender que el camino es la cooperación internacional en serio, que el mundo de la dominación donde uno decía “así” y todos hacían “sí, bwana” se terminó.

CFK / LSM

 

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