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viernes , marzo 29 2024
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AFA / De la Gloria a la Vergüenza

Por FERNANDO INFANTE LIMA *

 

Crónica de una Agonía Anunciada

Un país como la Argentina tiene una identidad, una forma particular de vivir, pensar y actuar. Una forma de interpretar los acontecimientos y reaccionar en consecuencia. En la Argentina la realidad se construye a los golpes. El impacto de una noticia tiene derivaciones difíciles de medir. El vértigo en el que se vive, la histeria constante agitada por los medios, mixtura, funde las cuestiones; las enlaza, las superpone y las liga sin que en un principio haya una razón de peso para hacerlo. En ese contexto, la renuncia de Gerardo Martino es una metáfora perfecta de la realidad socio-política que vive el país. El fútbol es más que un gran negocio, es un factor de poder y la política ha decidido involucrarse en busca de réditos que le permitan pacificar los desvaríos a los que está sujeta la realidad social, política y económica de nuestro país.

Hay una intención del gobierno nacional de instalar un cambio de paradigma en la forma de ejercer y entender el poder. Un gobierno que enfrenta los problemas por impulsos individuales y los somete a mediciones de popularidad. La idea es sostener una imagen prolija, pulcra, lejana a la “suciedad” que expresa la política. La injerencia del presidente Macri en el mundo del fútbol es clara y genuina después de haber sido presidente de Boca. Su presencia prevalece a través del apoyo a sus operadores, siendo Daniel Angelici el emblema pero no el único, ya que hay una camada de dirigentes jóvenes que no solo proyectan la imagen deseada, suman también intereses en común. La “profesionalización” dirigencial, la gestión “eficiente”, sostiene el discurso que esconde la verdadera intención: la “privatización” de los clubes. La tensión de “vieja” y “nueva” política gano al fútbol, librándose una batalla de egos por un lado y de intereses manifiestos por el otro. En medio de esa confusión, el futbol argentino comenzó una lenta agonía que tiene un destino incierto.”

 

Los Líderes Místicos vs La Corrección Política.

Las crisis cíclicas del país, intercedieron en la conducta pública, creando anticuerpos y métodos de enfrentar la marea de trastornos que cada una de ellas trajo consigo. El manto de protección que ofrecían los líderes místicos, fue siempre una suerte de antídoto, que una buena parte del pueblo abrazó agradecido. Las figuras públicas que gozaron de este status, reunían una serie de condiciones que apaciguaban los ánimos y los inundaba de confianza. Carlos Gardel, Juan Domingo Perón y Diego Maradona funcionan como ejemplo perfecto de esta caracterización. ¿Entra Don Julio en este grupo? Es verdaderamente increíble, pero a pesar de ser constantemente criticado y denunciado, Julio Grondona emerge como el único líder capaz de conducir la nave y llevarla a buen puerto. Es acusado de corrupción, de un manejo dictatorial, de instalar muchos de los males endémicos del futbol argentino, pero aun así, bajo su mando la A.F.A. sorteaba favorablemente sus dificultades. Julio Grondona fue un político muy hábil, que sostuvo su cargo y sobrevivió a varios gobiernos de distintos signo. Un hombre que ha sabido manejarse sabiamente y sin ostentar una gran formación, llego a ser el vicepresidente de la casa madre del fútbol mundial. Su gobierno, pleno de luces y sombras,  corrigió el rumbo de una asociación que naufragaba en la vergüenza.

Es bueno recordar que antes de su mandato los jugadores se negaban a ir a la selección nacional. La falta de dinero y la desorganización eran la moneda de pago para jugadores, colaboradores, cuerpos técnicos que le pusieron el pecho a la situación. Los procesos eran débiles, cambiantes e inciertos. En su dilatado gobierno, inauguró los proyectos de trabajo a mediano y largo plazo, puso las cuentas en orden, ayudo económicamente a los clubes, construyo el predio de entrenamiento en Ezeiza, lanzo un plan integral para las selecciones juveniles y consiguió la sponsorización de la A.F.A. Es posible que estos méritos sean considerados insuficientes y que sean mínimos, considerando el presumible daño que han alcanzado las acciones negativas.

La contracara de esta forma de gestión, es la de los señores que agitan la bandera de la corrección política. Se trata de un grupo de hombres educados, medidos, elegantes. Tienen un discurso pulido, dictado en medio tono, que parece encerrar todo el sentido común que habita en el mundo del fútbol. Se mueven en la sombra y sonríen incomodos cuando una luz los alcanza. La “eficiencia” es la cualidad que presentan como prueba incontrastable y es importante destacar que son bien reconocidos en sus clubes.

La muerte de Julio Grondona es la que facilitó la presentación de bandos e instauro la batalla de modelos a seguir. Las pruebas hasta aquí han sido tristemente concluyentes. La nueva dirigencia no solo no ofrece soluciones, sino que multiplica problemas A las pruebas me remito: una elección de autoridades ha quedado trunca y ha sido viciada de corrupción. El dinero de las arcas de la asociación, otrora ricas y plenas de recursos ha sido misteriosamente vaciada. La desorganización y la improvisación permanente dominan el día a día. A tres semanas de comenzar un nuevo torneo, la confusión es tan grande, que no se sabe el formato que se va a implementar ni cuantos equipos van a participar.

Los dirigentes actuales no consiguieron los recursos necesarios para conducir la delegación en la Copa América y las desprolijidades fueron la constante que dominó la estadía en los Estados Unidos. La gestión para armar el plantel que debería competir en los Juego Olímpicos de Rio fue francamente desastrosa y doblemente vergonzosa, ya que estos mismos dirigentes que siempre reclaman que se citen a los futbolistas del medio local, negaron la cesión de sus propios jugadores. Y que conste que aquí no estamos tratando su falta de plan en torno al manejo de los barras. El papelón es tan grande que la FIFA ha tenido que mediar para evitar una intervención estatal. La idea de un manejo presuntamente profesional, que responda a un modelo empresarial, no garantiza el éxito en la gestión y por lo actuado hasta la fecha, está a años luz de la “eficiencia” prometida. El hartazgo que empujó a la renuncia de Messi primero y la del Tata Martino días más tarde, es consecuencia de la falta de criterio a la hora de llevar las riendas de la A.F.A.

El planeta fútbol, como toda forma de poder, tiene códigos propios. El intento de quebrarlo, precisa de un movimiento quirúrgico que tenga en cuenta una serie de factores que entran en juego. Las preguntas entonces, se tornan inevitables: ¿Es este grupo el indicado para modificarlo? ¿Hay un plan integral o solo la idea de un reparto de ganancias diferenciado? ¿Están preocupados en reforzar la soberanía de la institución o solo en negociar los derechos y modificar estatutos que faciliten la transformación de los clubes en sociedades anónimas? ¿Hay un plan serio para enfrentar la crisis actual y refundar la A.F.A.?

 

Vencedores Vencidos 

El panorama es sombrío. El temor latente es que se trate de una batalla estéril que se presume sin vencedores. La Selección Argentina fue un símbolo de trabajo, de progreso, de orgullo, de humildad bien entendida, que en sus días felices supo conocer la gloria. La triste realidad es que el fútbol hoy, ha perdido la alegría y se encuentra ahogado en la vergüenza.

  • Feos Sucios Malas / La Señal Medios

 

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