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Por GABRIEL FERNÁNDEZ *
Este sábado 2 de julio la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, llegó al Aeroparque metropolitano proveniente de Río Gallegos. Fue recibida por miles de personas que retomaron las muestras de afecto y adhesión ofrecidas en abril. Según sus propias palabras, retorna para realizar gestiones judiciales y para denunciar la persecución política que se lleva a cabo. En medio de un clima frío y lluvioso, cabe preparar el mate y realizar un puñado de reflexiones.
CONFIAR. Ha vuelto Cristina a Buenos Aires. Linda noche para hacer un asado y, sin embargo, mucha gente esperándola. Tras la experiencia de dos meses atrás, las coberturas fueron retaceadas y escuetas. Ni Crónica, que siempre está, estuvo en directo.
No hubo declaraciones más allá del agradecimiento a los presentes. Se preven algunas reuniones a lo largo de la semana, así como el desarrollo de un graph misterioso, que habrán observado: «Cristina inicia una gira por el país».
No está tan claro que la exigencia del movimiento sea la planteada por espacios afines: que cobre protagonismo. Quizás la idea de algunos sea que su entorno de confianza abra el juego, acepte elaborar políticas conjuntas para, entonces, cobrar protagonismo.
El sendero, se sabe, es tan importante como la meta. Al menos. Porque no es lo mismo construir abarcando y conteniendo, que a solas. Especialmente en este tramo, donde se necesitan aguantes vastos para el acecho insistente.
Parece importante situar muy bien el sentido de la acción jurídico mediática: como señaló la ex jefa de Estado, tiene la intención de considerar un delito haber participado del gobierno anterior. ¿Porqué? Porque la economía no estaba «desmadrada» como dijo un tonto a sueldo, sino precisamente lo contrario.
Aunque parezca raro, la lucha por el diagnóstico sigue resultando esencial. Si con el argumento de mirar hacia adelante evaluamos que no tiene sentido debatir el período anterior, habremos caído en la trampa. Es preciso enfatizar que la Argentina vivió entre los años 45 – 55, y 03 – 15, los dos tramos de mayor crecimiento económico social y progreso general de la historia.
De ahi el ensañamiento. De nada sirve discutir si las valijas de López o los autos de Baez son trampas, equívocos o corruptela. Se ataca al gobierno anterior por los avances magníficos en todas las áreas. Lopez y Baez es lo que hallaron para pegar. Cuando alguien menciona la palabra corrupción, hay que desenfundar.
Por eso, quienes asumimos esa actitud tenemos derecho a señalar que una mejor construcción política, con mano tendida hacia las cercanías y medios propios para el decir popular, hoy nos permitirían sostener los párrafos anteriores con altavoz. Quien se indigne por esta observación pretende que la defensa de una gran gestión sea realizada a solas y con un megáfono en Plaza Lorea.
Ha vuelto Cristina y todavía no hay declaraciones. Linda bandera tripera en la recepción. El asado hay que hacerlo al horno, si es que alcanza la juntada. El peronismo sabe, en sus bases esenciales, que cuando Ellos hablan mal de alguien, algo bueno habrá hecho. Por estas horas casi nadie realza desde las pantallas y los diales los elementos positivos de una Década genuinamente Ganada. Bien visto, semejante ocultamiento es un reconocimiento a la compañera.
Querida Cristina. Aflojale que colea. Hay mucho más que un puñado de muchachos de confianza a tu alrededor.
Aunque parezca ingenuo, confiar en los compañeros rinde sus frutos.
- Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica.
