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CORDOBAZO / Entrevista al historiador Roberto Baschetti

Se cumplen 47 años del Cordobazo, una de las revueltas populares más recordadas en la historia Argentina por su magnitud y radicalización. El encuentro de los trabajadores, nucleados en gremios de gran fortaleza, y estudiantes la convierten en un ícono y en una referencia histórica ineludible, expresión cúlmine  de una serie de estallidos sociales de la época. El hartazgo por una situación económica deteriorada y una represión asfixiante por parte del gobierno de Juan Carlos Onganía levantó al pueblo que tomó el control de la capital cordobesa por casi 48 horas con barricadas y una enorme movilización y colaboración del pueblo cordobés.

Para hablar de los sucesos del Cordobazo entrevistamos a Roberto Baschetti, investigador e historiador  con una voluminosa bibliografía sobre el peronismo (www.robertobaschetti.com.ar). Un recorrido por las causas que llevaron a esta revuelta, los actores, los hechos y las consecuencias.

 

¿Por qué se genera el Cordobazo?

Primero hay que remontarse al golpe cívico militar de 1966 con la participación de las Fuerzas Armadas y de un sector importante que está siempre en todos los golpes que son los sectores de la derecha concentrada. Con la particularidad de que en este había un sector ultramontano de derecha, cursillistas, que pretendía que la patria fuera un gran confesionario de la iglesia. Había una idea generalizada en la sociedad de que el gobierno de Illia, que había subido con el 23 % de los votos, ya era un desmadre y un descalabro. Había una idea de que los militares eran los que podían poner un poco de orden, volver a que las instituciones funcionaran. Por otro lado, había un sector gremial muy importante a  los que se llamaron los colaboracionista o vandoristas, por la figura de Augusto Timoteo Vandor. De alguna manera habían hecho una especie de acuerdo entre bambalinas con los militares, donde ellos ponían el orden y otros las masas obreras y populares detrás de este proyecto corporativista. Rápidamente se deteriora la situación económica porque ponen como ministro de Economía a Adalbert Krieger Vasena que toma medidas que deterioran el salario. Todo pasa a valer el doble para los trabajadores, los grandes grupos extranjeros empiezan a comprar por monedas las empresas argentinas, hay desabastecimiento, no hay trabajo, que es un poco lo que empieza pasar hoy. Eso origina que los grupos sociales más importantes, como son los trabajadores y los estudiantes, comiencen a rebelarse y a pensar en darle lucha a esta dictadura cívico-militar. El Gobierno no se queda atrás, hay que recordar por ejemplo la Noche de los Bastones Largos que trata de imponer un orden de las cavernas interviniendo todas las facultades. A partir de ahí es muy importante lo que ocurre en esas facultades porque los centros de estudiantes, que se sentían al lado del pueblo y al lado de los trabajadores empiezan a descubrir el peronismo. Estos chicos son profesionales pero se dan cuenta de que no tienen futuro y que su suerte está atada a la suerte del pueblo.  Esa me parece que es la gran primera diferencia que hay que va a explicar el Cordobazo. De esa época es el apotegma “obreros y estudiantes, unidos adelante”. De alguna manera se entiende que la suerte de los estudiantes está ligada al pueblo y de la clase trabajadora.

¿Cuál es la chispa que enciende al cordobazo?

Yendo al cordobazo propiamente dicho no empieza en Córdoba. Antes de eso hubo un Rosariazo, un Correntinazo. Corrientes, que era una ciudad relativamente tranquila, tenía un rector que se llamaba Carlos Walker que privatiza el comedor estudiantil.  Lo que antes se pagaba por un precio ínfimo pasa a ser muy costoso. Eso genera un descontento popular muy grande porque hay que recordar que muchos de esos estudiantes vivían en pensiones, venían de otras provincias y lugares por los cuales los aumentos provocan grandes dificultades en sus vidas. Hay una protesta masiva y en una de esas movilizaciones en la calle muere un estudiante asesinado por la policía de apellido Cabral. Eso genera una mayor protesta popular y también mayor represión. Por ese asesinato se levantan todos los estudiantes de Rosario dando lugar al rosariazo, que también va a tener otras víctimas fatales. Eso lleva al Cordobazo el 29 de mayo de 1969, que además era un día emblemático porque estaba preparado para otra cosa porque  es el Día del Ejército. También hay que recordar que ya había una convulsión social muy grande en Córdoba donde grandes sindicatos como la UOM, los de transporte, el Smata cordobés se convocan a marchar al centro cordobés en protesta por la política económica a la que los estudiantes también se integran. Se termina tomando prácticamente toda la ciudad por lo cual la policía se tiene que retirar. La ciudad queda en manos del pueblo por 24/48 horas hasta que el ejército retoma el control. Lo que me parece importante destacar es que cuando estaba esta dictadura cívico militar la idea era quedarse 20/30 años en el poder. Esta gente decía que lo primero que había que ordenar era lo social, después lo económico y recién al final lo político. De algún modo estaban generando pautas para que Perón se muriera en el exilio, pero el tiro le salió por la culata. Empieza con la ofensiva de los sectores populares de 1969 hasta 1972 con el “Luche y Vuelve” y después toda la historia más cercana que los historiadores conocemos.

¿Qué rol cumple Agustín Tosco y el sindicato de Luz y Fuerza que encabezaba Tosco?

Era uno de los gremios más importantes. Agustín era un hombre intachable, con una conducta sindical a toda prueba. Lo demostró en toda su vida y precisamente ahí con Elpidio Torres, que era de la UOM, y con Atilio López de la Unión Tranviaria Automotor, son tres gremios muy fuertes que  mueven todo el aparato sindical para luchar contra la dictadura.  Tosco son palabras mayores, así vivió, así murió perseguido por una enfermedad de la cual no se lo puede operar porque está en la clandestinidad durante  el gobierno de Isabel Martínez. Fiel a sus principios lucha hasta el último momento, no solo para la unidad de la clase trabajadora, también  fiel a sus principios que lo hacen un paradigma de la lucha obrera en la Argentina. Cualquier historia que se haga sobre los trabajadores en la Argentina en el siglo XX no puede dejar de lado la figura de Agustín Tosco.

¿Cuáles fueron las consecuencias políticas de este Cordobazo?

La caída de Onganía. Había una lucha por el poder, como existe siempre, y Alejandro Lanusse de alguna manera ya estaba tratando de probarse el traje de presidente y esto le vino como anillo al dedo. Hay que recordar que dura muy poco tiempo Onganía en el poder. Al siguiente año ocurre el secuestro y la muerte de Aramburu que provoca que a Onganía lo saquen del medio. Onganía intenta sacarse de encima a Lanusse, pero este tenía más poder y logra, entre bambalinas, echar al Presidente. No se pone él sino que a Roberto Levingston , que había sido asesor militar en Estados Unidos, y que era un ilustre desconocido. Va a durar muy poco tiempo en el poder y después directamente aparece el verdadero poder detrás del trono que va a ser Alejandro Agustín Lanusse. Hay que reconocerle algo, era un tipo muy lúcido, gorila pero muy lúcido. Se dio cuenta de que si no lo traía a Perón a la Argentina y no hacía un acuerdo con el peronismo evidentemente las cosas para el grupo de poder iban a ser peores de lo que realmente eran si volvía Perón. Hablé con militares de la época, que eran todo una secta, militares de caballería. Estaban los Lanusse, los Alsogaray, D`Elía, “Conito”  Sánchez de Bustamente que venían todos de la misma promoción y habían peleado contra Perón y derrocado en el `55. Perón para ellos era mala palabra pero Lanusse se dio cuenta de que por muy mala palabra que fuera iba a ser mucho mejor acordar que Perón pudiera volver a la Argentina, que se quedara en el exilio e hiciera una lucha que ya era virulenta y que este Gobierno cívico-militar tenía todas las de perder. Eso creo que es algo que hay que resaltarlo porque a veces los historiadores no lo mencionan o no se acuerdan de esto que estoy comentando.

¿Fue sangrienta la recuperación por parte del Ejército de la capital cordobesa?

No fue sangrienta porque de alguna manera el pueblo mismo se dio cuenta de que lo lógico era replegarse. Barricadas y piedras contra fusiles automáticos y tanques era una lucha despareja. Hubo francotiradores para generar el terror y el caos en las Fuerzas Armadas, pero lo que se quería hacer ya se había hecho que era tomar la ciudad de Córdoba y manejarla con una idea de lo popular de que acabó una dictadura por 24 o 48 horas es algo muy grande. Además el sentir de la gente, cuando hacía barricadas, la gente de las casas y los edificios le facilitaban combustible y materiales para que las barricadas sean aún más grandes. No hubo un solo desmán en el sentido de robar dinero por ejemplo. Todo lo que se rompió y quemó eran íconos de las empresas multinacionales. También había un lugar muy bacán de comidas que se lo asaltó para repartir comida entre el pueblo. En las concesionarias de automóviles sacaron a la calle los coches extranjeros y los quemaron. Cada cosa que hacían tenía un significado.

Otro de los pilares fue el pueblo cordobés, paradoja ver hoy al pueblo cordobés con un pensamiento muy diferente.

De alguna manera eso se entiende. Cuando sucede el Cordobazo había una industria en expansión donde muchísima gente de otras provincias aledañas a Córdoba iban y ahí podían progresar en una fábrica o poner un pequeño tallercito. Tuvieran o no relación de dependencia había un futuro, maneras de progresar. Los estudiantes igual, había muchos que venían de otras provincias, tenían la posibilidad de estudiar. Eran los estertores de una democracia burguesa, en el mejor sentido de la palabra de lo que entendemos por burguesía. Estaban dadas esas condiciones, evidentemente, toda esa gente tenía un concepto claro de lo que tenía y de lo que quería y de lo que no quería que le sacaran. Ahora es diferente, eso sucede acá y en todo el mundo. Son diferentes épocas y Córdoba tuvo un retroceso en la industria, en las facultades que hace que haya una población mucho menos politizada.

 

Entrevista por Lautaro Fernández Elem y Leonardo Martín.

Texto: Leonardo Martín.

Sindical Federal www.sindicalfederal.com.ar

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