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Por JOSÉ LUIS PONSICO *
El viernes 20 de mayo del´66 Peñarol de Montevideo produjo su mayor hazaña en el siglo. Perdía con River 0-2 y lo dio vuelta en suplementario. Final de Copa Libertadores en Chile. Se cumple medio siglo.
Habían ganado uno cada uno. El sábado 14, Centenario, Peñarol 2-0. Los goles llegaron sobre el final. Julio César Abbadie, el «Pardo» y el peruano Juan Joya, ex River. El legendario Amadeo Carrizo reclamó infracción en el primero.
El miércoles 18 hubo revancha en el Monumental. River ganó 3 a 2, tras estar en desventaja. Ermindo Onega, figura. Hizo dos goles. El otro, Juan Carlos Sarnari. River perdió al 2 Juan Carlos Guzmán, desgarrado. Nunca faltaba.
Dos días después, Estadio Nacional, Santiago de Chile, 40 mil espectadores, varios miles llegados desde la Argentina y Uruguay, vivieron una increíble final. La ganaba River con Jorge Solari, baluarte, como «5». Nacía «el Indio»
Solari autor de un golazo («Una pelota que llegó de Amadeo -por el arquero Carrizo- esa pegada mágica del Viejo…» comentó) bajando el balón a treinta metros, dando dos o tres pasos y <clavando< un derechazo arriba. Tremendo.
Faltaban cinco minutos para culminar el primer tiempo. Veinte antes, desborde de Luis Cubilla, superando a Omar Caetano -compañeros en la selección de Uruguay, Mundial, Chile´62- centro atrás y soberbio impacto de Daniel Onega. 1-0
Peñarol parecía demolido. Faltando un minuto se desgarró Alberto Sáinz el lateral derecho de River. El famoso técnico Renato Cesarini se arrepintió con el tiempo del cambio: mandó a la cancha al «Negro» Juan Carlos Lallana, delantero.
Bajó Solari, lateral derecho. Se agrandó Peñarol. El «Nene» Sarnari quedó muy solo en el medio. Tres notables coparon el medio, Néstor Goncalves, Pedro Virgilio Rocha y Julio César Cortés, que tuvo un paso por Gimnasia y Esgrima.
Descontó el ecuatoriano Alberto Spencer. Antes, Amadeo Carrizo en jugada anulada por offside del «gamo» -así le decían en su país- la bajó con el pecho. Otro <arrepentimiento<, como el de Renato.
En una pelota al borde del área, «Pocho» Cortés -también jugó en Central- metió derechazo que dió en un hombro del uruguayo Roberto Matosas, como «2» en lugar de Guzmán y descolocó a Carrizo. Dos a dos faltando veinte.
Sobre la hora, Daniel Onega pelota que bajó Lallana, notable cabeceador, desde el punto del penal la mandó arriba. Era 3 a 2 en el minuto 90. En el suplementario Peñarol apeló al juego aéreo aprovechando dos <lungos<
Los goles llegaron por centros de la derecha, Pablo Forlán -padre de Diego, rubio goleador de la última década- sendos cabezazos de Spencer y Joya. El regreso de Peñarol, sábado 21, provocó una apoteosis inolvidable.
River postergó su partido con Banfield en el Sur. El domingo 29, partido que terminó uno a uno. La hinchada del Taladro envió por sobre el alambrado una gallina a la cancha. Estigma que duró tres décadas.
Peñarol. Mazurkievicz, Forlán, Lezcano, Nelson Díaz, luego Tabaré González
Caetano, Cortes, Goncalves, Rocha, Abbadie, Spencer y Joya. DT. Roque Máspoli.
River. Carrizo, Sáinz, luego Lallana, Matosas, Vieitez, Grispo; Sarnari, Solari, Ermindo Onega; Luis Cubilla, Daniel Onega y Oscar Mas. DT. Renato Cesarini
Arbitro. El chileno Claudio Vicuña
- Agencia Télam / La Señal Medios / La Señal Fútbol
