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viernes , abril 19 2024
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PODER JUDICIAL / Doce del Patíbulo

Por GUSTAVO RAMÍREZ *

I
– Cuando digo una palabra – dijo Humpty Dumpty -, ésta quiere decir lo que quiero que diga, ni más ni menos.
– La pregunta es – insistió Alicia- si se puede hacer que las palabras puedan decir tantas cosas diferentes.
– La pregunta – dijo Humpty Dumpty -, es saber quién es el que manda…eso es todo.
Alicia en el país de las maravillas
Lewis Carrol, 1865
II
El sistema judicial es una corporación. Responde a un patrón lineal. Es útil a sus propios intereses, como toda corporación. No es independiente. Oscila entre la razón de su poder y la frontera imperceptible del terreno político. Para los sectores populares ese poder en condenatorio siempre. Como ejemplo vale el caso de la militante social Milagro Sala. El sistema judicial la absorbió en su vientre a instancias de maniobras políticas. Su encierro pretende manifestar un mensaje socio-político elocuente y amenazador. En pocos meses el gobierno de Macri ha logrado restablecer la conjura de los necios: Vigilar y castigar. La fuente de la juventud liberal.
El juez Claudio Bonadio ha zanjado su reputación filial con la política a principio de los ’90. Cercano a Carlos Corach supo abrirse espacio dentro de la estructura menemista. Eran años donde desarrolló tares en el área de la Secretaría Legal y Técnica del gobierno de Menem. En el ’96, cuando el menemismo estallaba en una interna desopilante, Caballo dio el nombre de Bonadio como uno de los jueces que terciaba judicialmente a favor del gobierno. Enfrentó varias denuncias en el Consejo de la Magistratura pero sus buenas y estrechas relaciones políticas le limpiaron el camino y el prontuario.
Bonadio fue uno de los jueces que obturó el desempeño judicial en la causa AMIA. En el año 2005 fue “movido” de la misma. Una de las acusaciones más fuerte en su contra es la de haber “cajoneado” la causa durante cinco años. Otra de las sombras en su curriculum tiene que ver con la causa PAMI. Bonadio estaba sospechado de favorecer a un director en tiempos de Victor Alderete.
Con estos antecedentes el juez, que mide su propia índice de inflación, avanza contra la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lleva adelante una investigación sin sustento que genera dolores de cabeza en las más altas esferas de la Corte Suprema. El discurso de Cristina y la manifestación popular masiva, en las puertas de Comodoro Py, han evidenciado las maniobras políticas del juez. La intencionalidad de fondo no es hacer justicia. Es instalar un hecho político que criminaliza a un gobierno popular, precisamente por sus características.

II
Cuando Estados Unidos fijó su política de guerra contra el narcotráfico, en México y Colombia, desplegó una campaña mediática y pedagógica contra esos sistemas democráticos. La línea editorial de Whashington era combatir la corrupción. El despliegue histórico de esas fantasías sociales se monta en estructuras hostiles contra gobiernos populares. La construcción de un imaginario que demonice y criminalice a estos gobiernos, que promueven el Estado de Bienestar en la región, necesita de una maquinaria interna al servicio de los intereses de su amo.
El sistema judicial es un nexo importante para desarrollar inestabilidades internas en los gobiernos populares de la región. Brasil es un caso emblemático. El golpe en marcha contra la Presidenta Dilma Rousseff se centra en causas relacionadas a supuestos hechos de corrupción. El sistema judicial y el sistema mediático avanzan sobre las debilidades del gobierno. Estados Unidos necesita tener el control político, económico y social de la región para poder acrecentar el negocio de sus empresas pero también para consolidar nuevos socios estratégicos que le permita confrontar, desde otro nivel geopolítico, contra Rusia y China.
El actual hombre fuerte de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, es un agraciado en relaciones internacionales. Según muestran los cables filtrados por Wikileaks y publicados por el periodista Santiago O’Donell, en su libro PolitiLeaks, el juez de la corte es una de las figuras públicas que visitó, con más frecuencia, entre 2006 y 2010 la embajada de Estados Unidos. Uno de esos cables revela que especialistas de la embajada modernizaron el sistema informático de la Corte Suprema. El hecho en sí no parece no tener mayor relevancia a no ser que se tenga en cuenta la red de espionaje informático que Estados Unidos ha montado a nivel internacional.
“Lorenzetti argumentó que el sistema federal de Justicia originariamente tuvo como modelo el sistema de los Estados Unidos, y que siguió mirando a los Estados Unidos en busca de inspiración”.
Las fantasías políticas y sociales se nutren de expectativas generales y se construyen en base a necesidades que solo se manifiestan en el discurso. Mauricio Macri quiere ser el garante del American Dream en el país y en la región. Esa es parte de su incursión en el mundo. Para ello es necesario borrar todo vestigio de revolución popular. Efecto político que encarna el peronismo. Hoy necesitan usar otras armas a diferencia del pasado. Sin el partido militar hay que buscar trascender en otras instituciones y corporaciones. La judicial es altamente efectiva y servicial en ese sentido. Pero nada es gratis. El Presidente está involucrado en causas que lo sospechan de corrupción enteramente graves. Lo cual deja en evidencia, una vez más, alrededor de la citación de Cristina a tribunales, que la movida de Bonadio no es un hecho aislado ni irracional. Es parte de un proceso político que pretende anular la movilidad popular. Es una razón política.

III
Las trampas del sistema judicial son letales. Más allá de las copias. Así como no hay medios independientes no hay justicia se afiance en la misma dentro de los esquemas liberales. La soberanía de poderes parece ser una de las fantasías sociales creadas para Doña Rosa.
Hay toda una franja social que desea escuchar lo que jueces como Bonadio tiene para decir, solo por el placer que les produce el deterioro de la imagen pública de una ex mandataria. Su odio al peronismo puede más que su fuerza moral.
Cuando el gobierno kirchnerista pretendió la reforma del sistema judicial el espectro opositor diagramó la construcción de nuevas ficciones. Se instaló la idea, que muchos quisieron comprar, de que el gobierno K iba por la independencia del sistema. Se negó la fuente racional de la necesidad social de cambiar un sistema que alberga exponentes como Bonadio.
Por estos días, de haber estado acá, Kafka estaría escribiendo un nuevo entramado de su Proceso. Cierto, es solo una fantasía.

* La Señal Medios / Feos Sucios Malas

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