Una sorprendente movilización canalizó la noche del jueves el malestar social contra el gobierno de Mauricio Macri. Aún no se cumplieron cuatro meses de su asunción y nuevamente las calles porteñas se abarrotaron de personas cuestionando la gestión liberal.
Macri, involucrado directamente en empresas off shore a través de los Panamá Papers, afirmó anoche que su omisión en las declaraciones juradas había sido involuntaria. Eso sonó raro a la población, pues figura en los consejos directivos de varias compañías.
La intensidad de la protesta también se liga a la campaña mediática sobre una presunta Corrupción K, destinada a enlodar a la administración nacional y popular anterior. La contracara volvió a muchos argentinos a la realidad: los corruptos siempre han sido, en estas tierras, los dueños del poder económico.
La concentración del jueves por la noche puede considerarse muy genuina y sin estructuras por detrás. Es ostensible que la irritación por la corruptela de los poderosos ligados a los grandes medios de comunicación y a los bancos más importantes, se enlaza con las decenas de miles de despidos en áreas estatal y privada, así como el alza de tarifas que daña la economía de las familias populares.
El resultado de esta situación, es incierto.
GF / LSM