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Por JOSÉ LUIS PONSICO (*)
Roberto Perfumo sufrió una caída en la madrugada de ayer, a la salida de un restaurant en zona de Puerto Madero. Padeció lesión en el cráneo y quedó internado en el Sanatorio «De los Arcos», Belgrano.
Inesperadamente, el gran defensor de todos los tiempos falleció por la tarde.
El célebre «Mariscal» Perfumo, apodo que se lo adjudica a Ernesto Duchini, «descubridor» en 1958, cuando Roberto llegó a Racing, luego de prueba en Quinta de River -allí se olvidó los documentos- está en estado «reservado».
De Sarandí, nacido el 3 de octubre del´42, tres meses después que falleciera el notable dramaturgo Roberto Arlt, uno de sus favoritos -Perfumo llegó a la Universidad de «grande»; graduado de Psicólogo Social- su trayectoria remite al éxito.
Jugó quince años en Primera. Debutando en Racing con 20 años y doce como un referente de la defensa. Ciclo donde la»Academia» ganó todo. Perfumo, jugador de gran clase, velocísimo, fuerte y temperamental, ídolo siempre.
En 1971 pasó a Cruceiro cuando decaía el Santos de «Pelé» y en Belo Horizonte de nuevo tricampeón. Cuando volvió ya pensando en el retiro, Angel Labruna lo convenció para cerrar su etapa de futbolista exitoso, en River.
El «millonario» vivía perseguido por una racha adversa. Llevaba doce subcampeonatos desde 1957, cuando Perfumo firmó contrato con 32 años y alguna inactividad. «La llegada de Roberto por su experiencia, resultó fundamental», dijo el DT
«Amigo de (Reinaldo) Merlo y (Juan José) López, Roberto aportó sabiduría adentro y en el vestuario», comentó muchas veces Labruna, sabio entrenador que convenció a Perfumo. River ganó tres títulos en tres años.
No hace mucho la AFA convocó a «expertos» para un seleccionado de toda la historia. Desde las generaciones jóvenes y no tanto, Perfumo apareció en todos los ensayos como el «2» de la historia grande del fútbol argentino.
Madrugada, resbalón, caída y una trampa del destino. El defensor impasable, recio, el hombre que «hizo peronista al padre» siempre dijo («Mi Viejo no estaba convencido; yo lo hice peronista en los´50», contó) libró otra batalla.
Juan José Pizzuti, 88 años, que lo quiso como un hijo, comentó: «Por su valentía, reflejos, gran clase para cortar y salir jugando; firmeza en los cruces, anticipo y cabeza levantada, Roberto está entre los mejores defensores centrales de todos los tiempos», comentò.
«Además, estudió de grande. Se capacitó. A los 40 se graduó de Psicólogo Social. Un ejemplo para los ex
futbolistas de su tiempo. Su muerte causa gran dolor», dijo el «Maestro», artífice del Racing del´66.
(*) Columnista de la Agencia Télam, AgePeBa, La Señal Medios / La Señal Fútbol
