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Por José Luis Ponsico (*)
Lionel Messi «verdugo» de Estudiantes de La Plata, final de Interclubes, hace seis años y de River, lo probaron hace 15 años y no quedó en el club de Nuñez.
Cuenta la leyenda que lo recomendó Federico Vairo, «crack» rosarino que llegó a la selección, defensor de Rosario Central en los´50, luego titular de River, el tricampeonato del´55, 56 y 57.
«La Pulga» tenía doce años. Llegó a River por pedido especial de Vairo y colaboradores en Rosario, donde Vairo conservaba buenos amigos. El futuro «crack», bajito. Necesitaba un tratamiento con endocrinólogo.
Hace 15 años, Federico -fallecido,diciembre´2000- «Coordinador de Inferiores». Querido en River, técnico de la Cuarta, cuando llevó a River al título, tras 18 años, en huelga de profesionales, agosto del´75.
Messi llegó con su padre, Jorge y su compañero Leandro Giménez. Por pedido de Vairo jugó en categoría´87, sólo algunos minutos. La división de Eduardo Abrahamián, ex jugador de River´82. Quedó impactado.
Leandro, al cabo «quedó», recuerda que Messi, más chiquito de todos, «un habilidoso imparable». El técnico preguntó «de qué jugaba». El pibe dijo: «Enganche». Admiraba a Pablo Aimar.
Entre el presidente Pintado, antes vice de Alfredo Dávicce y secretario José María Aguilar «no aprobaron tratamiento, médico endocrinólogo, valor de mil pesos, dólares, con el uno a uno», lo que dijo Messi padre
Tampoco Newell´s Old Boys lo hizo. Messi, con trece años,llevado a España. El ex futbolista del Barsa, Carles Rexach lo vió y lo fichó. Los Messi estaban en Lérida y el club catalán arregló todo.
El técnico de inferiores de La Masía, Barcelona -Rexach había juga en los 80 y era «el Vairo» del Barsa, una clave de la historia. River esperó en vano un milagro en Japón. Lo dilapidó hace 15 años.
Rexach lo vió jugar, prueba, pidió al club catalán hablar con el padre y enseguida empezó el tratamiento hormonal en base a inyecciones. En un año y medio Messi creció 13 centímetros.
Lo demás es muy conocido. El célebre holandés Frank Rijkaard lo puso en Primera con 16 años y 145 días contra el Porto portugués de José Mourinho.
Y no paró más. Al «crack» lo vió el delegado de Ñuls, Salvador Aparicio que lo bautizó «La Pulga», vivía humildemente en barrio de Viviendas FONAVI. Empleado ferroviario que murió «pintando su mejor cuadro»
Messi entre el´94 y´97 había hecho cien goles en Infantiles de Ñuls. Hay varios dirigentes y gente del fútbol que «no lo vieron». Menos Aparicio y el gran Federico Vairo. Otros tiempos.
(*) Columnista de la Agencia Télam, AgePeBa y La Señal Medios / La Señal Futbol
