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sábado , abril 20 2024
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Alberto Fernández: «Tiene que haber un debate muy profundo en el peronismo»

Alberto Fernández ha sido uno de los hombres más importantes en la parte inicial del kirchnerismo, ocupando la Jefatura de Gabinete durante el gobierno de Nestor Kirchner y los primeros meses de la presidencia de Cristina Fernández. Tras su salida fue tomando una postura crítica con el gobierno de Cristina,  continuando su carrera política como uno de los armadores del Frente Renovador.

En diálogo exclusivo con La Señal Medios, Alberto Fernández analizó el reciente resultado electoral con la victoria de Mauricio Macri. A su entender la “elección no la ganó Macri, sino que la perdió Cristina”. Al hacer el balance destacó al primer mandato de la ex Presidenta al que señaló como “el más progresista en materia de derechos individuales”, pero fue muy crítico del segundo.

Uno de los puntos más interesantes de la entrevista pasa por el análisis que Alberto Fernández hace del peronismo y su historia en relación a los desafíos que se presentan para el movimiento en el futuro próximo. ¿Es posible transitar un camino hacia la unidad? para lo cual respondió “Creo que lo que tenemos que hacer es dar un debate sobre lo que queremos representar como fuerza política. Si no damos ese debate es imposible”.

LA SEÑAL: ¿Cuál es su análisis de lo que pasó en las elecciones recientes? ¿por qué la población sufragó del modo en que lo hizo?

ALBERTO FERNÁNDEZ: Esta elección no la ganó Macri, sino que la perdió Cristina. Fue un resultado de muchos años de desatención a demandas ciudadanas. Es muy difícil acompañar a un gobierno que dice que la pobreza es menor que la de Alemania, que la inflación no existe, que el Cepo Cambiario no existe, que ha puesto a Boudou con una campaña de protección en los cuatro años de su mandato, que firmó el Pacto con Irán, que tuvo a Milani al frente de las FF.AA. Marcó todas estas cosas que son distintas porque cada una de ellas fue afectando a diferentes grupos de la sociedad argentina. Así se explica el resultado. Yo escribí un artículo un  par de semanas antes de la elección en donde desarrollé  lo que llamó el  “Teorema de Rajoy”. Estuve en España cuando Rajoy ganó la elección presidencial.  En los días previos cuando se le preguntaba a la gente a quién iba a votar nadie quería saber nada con el Socialismo. Al preguntar por la causa decían “no se puede vivir con el ajuste que hizo Rodríguez Zapatero”. Al preguntar por quién iban a votar decían Rajoy y le respondía: “pero ¿cómo?, le van a entregar al conservadurismo con la posibilidad de que haya más ajuste”,  la respuesta era siempre la misma: “cualquier cosa es mejor que esto”. Cuando volví al año siguiente  todos despotricaban contra Rajoy y ya sabemos lo que pasó con Rajoy. Hasta Cataluña está a punto de independizarse.

LS: A pesar de esos datos hay un 50 % que votó efectivamente al Frente para la Victoria y una Plaza de Mayo desbordante en reconocimiento a la gestión.

AF: Cuando yo describo las cosas que estoy diciendo estoy hablando de cosas que Cristina hizo en su segundo mandato. Su primer mandato es distinto. Fue el mandato más progresista que haya existido en materia de derechos individuales. Estuvo la ley de Matrimonio Igualitario, de la Asignación Universal por Hijo, la ley de identidad de Género, de la Muerte Digna, del Voto Jóven. Allí fue, también,  cuando comenzó a recrearse el Código Civil. En esos años fue valioso lo que Cristina hizo  y propuso. En el segundo mandato hizo muchas cosas más  oscuras que claras. En realidad el país quedó dividido en dos por imperio de un ballottage. No es verdad que Macri tiene un 52 % ni que Cristina tiene un 48 %. Son números forzados en un momento donde uno tiene que elegir entre blanco y negro, pero la realidad marca que cuando la gente eligió lo hizo en un 38 % al FPV y 34 % a Cambiemos. Allí está el mayor problema de Macri porque ese 34 % es institucionalmente lo que tiene. Macri tiene el 33 % de la Cámara de Diputados y el 22 % de la Cámara de Senadores, por eso el discurso que hace es de convocatoria. No es la vocación de Macri sino que tiene que construir una mayoría que no tiene. Macri es el emergente de una muy mala gestión de Cristina donde lo económico fue lo más dañino, pero en el camino hubo cuestiones institucionales que significaron errores de Cristina.

«Macri es el emergente de una muy mala gestión de Cristina donde lo económico fue lo más dañino, pero en el camino hubo cuestiones institucionales que significaron errores de Cristina.»

 

LS: Hemos visto en estos días discusiones dentro del peronismo y da la sensación de que aparecen segmentos cruzados. Es posible barajar y dar de nuevo en lo que en algún momento se llamó el Movimiento Nacional y unificar ese debate detrás de una bandera determinada.

AF: A mí me parecen que son cosas distintas. El Movimiento Nacional nunca estuvo definitivamente unido. Siempre estuvo como en parcelas distintas. Donde creo que tiene que haber un debate profundo, pero muy profundo es en el peronismo. Es un debate que nunca se ha dado de la muerte de Perón. Así fue como en la democracia el peronismo pudo representar cualquier cosa. Fue conservador con Lúder, recordemos que Lúder propuso convalidar la autoamnistía que los militares se habían dado. Fue neoliberal con Ménem, fue conservador popular con Duhalde,  fue progresista con Kirchner y fue esta cosa patética del Partido de la Obediencia con Cristina. A esta altura de los acontecimientos el peronismo debería replantearse qué intereses quiere representar, que quiere significar dentro del escenario político argentino. Mientras no lo haga se genera esta diáspora que tiene el peronismo hoy en día.

«Donde creo que tiene que haber un debate profundo, pero muy profundo es en el peronismo. Es un debate que nunca se ha dado de la muerte de Perón. Así fue como en la democracia el peronismo pudo representar cualquier cosa.»

 

LS: Hace unos días Capitanich en este espacio mencionó que el peronismo tenía que apuntar a un movimiento de centroizquierda y no tener dirigentes conservadores. ¿Cómo lo ve usted?

AF: Yo puedo llegar a avalar eso. Lo que me llama la atención es que lo diga él, que su característica no es ser un hombre de centroizquierda y su gobierno no lo eran. Es como cuando me hablan de la renovación que propone Juan Manuel Urtubey. ¿Cuál es la renovación de alguien que en su provincia puso la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas públicas. ¿Cuál es el progresismo y la renovación de un hombre que para el aborto terapeútico obliga a los médicos a inscribirse en una lista de aborteros para que nadie pueda hacer el aborto terapeútico? Esos personajes que son progresistas en Buenos Aires y señores feudales en sus provincias no me caen bien. Tampoco me cae bien que la renovación puede venir de la mano de los que todos estos años forjaron el Partido de la Obediencia. Yo no me quiero poner en el lugar de decir quienes son los buenos y quien los malos. Antes de hacer nada quiero discutir lo que queremos ser porque esa es la duda que yo tengo. La duda que tengo es si Capitanich quiere lo mismo que quiero yo. Si quiere un peronismo comprometido con la República y la democracia, si definitivamente quiere tolerar las voces discordantes porque Capitanich rompía los diarios cuando no le gustaba lo que escribían. Lamentablemente esas son imágenes feroces que quedarán en la historia. Tengo la impresión de que si no somos capaces de revisar lo que hicimos vamos a seguir repitiendo las mismas cosas. A esta altura debemos darnos cuenta de que hemos gobernado el 80 % de la democracia y en el país uno de cada tres argentinos es pobre. Alguna culpa nos cabe de lo que ha pasado. Con nuestras idas y venidas de ser un día revolucionarios y otro día proempresarios hemos generado también este cuadro. Yo quisiera dar este debate realmente. Yo sigo creyendo que el peronismo es ese hecho maldito del país burgués. Fue capaz de revolver la conciencia de los que menos tenían y de pararse en representación de los que no tenían nada. Yo quiero volver a ese peronismo, para que la gente vuelva a tener derechos. Lo que hizo Cristina en materia de ampliación de derechos fue muy peronista. Es espléndido que dos personas del mismo sexo si se aman se puedan casar, pero también necesitan vivir en una economía estable. Necesitan tener trabajo y seguridad en las calles y Cristina en el segundo mandato se olvidó totalmente de todo eso.

¿Por qué piensa que Mauricio Macri llega a ser presidente representando una opción de centroderecha?

A Macri debemos tenerle respeto más allá de la diferencias que tenemos que son muchas. Lo que tenemos que preguntarnos es qué hicimos nosotros para que llegara a la presidencia. Cristina no solo consiguió que Macri sea presidente, sino que logró que un Pinedo sea presidente. Un Pinedo que en el imaginario peronista, no lo digo por Federico que es un hombre de bien, pero es un apellido que siempre estuvo ligado al Plan Presbich y a momentos muy difíciles del peronismo. ¿Qué habrá pasado para que hayamos generado esto? Insisto que para poder recomponer las cosas tenemos que reflexionar sobre lo que hemos hecho mal. Que cada uno tiene que asumir su cuota de responsabilidad. Con preocupación veo que a muchos les es difícil esto, entender la cuota de responsabilidad que tuvieron. El otro día leí que en la reunión con los gobernadores de Cristina uno planteó la posibilidad de hacer una autocrítica y Cristina contestó: “hagan su autocrítica, yo no tengo que hacer ninguna”. Si así piensa Cristina estamos en un problema y si son muchos los peronistas que piensan esto el problema es más grande.

«Para poder recomponer las cosas tenemos que reflexionar sobre lo que hemos hecho mal. Cada uno tiene que asumir su cuota de responsabilidad.»

 

LS: El Frente Renovador es parte del Peronismo. Se puede pensar a este espacio unido a otros espacios del peronismo.

AF: El problema es que hoy el peronismo está repartido en un montón de lugares. Hasta Macri dice que tiene peronistas. Creo que lo que tenemos que hacer es dar un debate sobre lo que queremos representar como fuerza política. Si no damos ese debate es imposible. Que a mí me sienten en una misma mesa o me convoquen a un mismo espacio donde está De Narvaéz, que también dice ser peronista,  yo con eso no me siento cómodo. Tampoco con la irracionalidad de personajes como Sabbattela que fue un chico que cuando lo conocí era la revolución caminando. Tenemos que debatir que queremos ser y una vez que definamos que queremos ser como lo hacemos. No hay que empezar al revés. El argumento de que somos un movimiento fue el que permitió que bajo el mismo paraguas estemos todos, pero la verdad es que fue más por una coyuntura para llegar al poder que por una cercanía real. El mayor problema que tenemos como fuerza es que surgió detrás de un caudillo enorme de la talla de Perón. Mientras Perón existió pudo contener a todos. Ahora Perón (se que con esto me voy a ganar las críticas de muchos, pero lo digo como para pensar) fue casi un bígamo, tuvo una familia por izquierda y una por derecha y a las dos les escribió cartas de amor. Le escribió cartas de amor a (Alberto) Ottalagno y a los de la Tendencia. Con las cartas Perón, Cook y muchos compañeros de la izquierda nacional se enamoraron. Ahora cuando se descubre la bigamia, en el velorio, porque allí aparecen las dos familias. El problema es que las dos familias tenían las cartas de Perón diciendo que los amaba. Ahora que hicieron las familias tras la muerte de Perón:  “No hagamos la sucesión, disfrutemos la casa de verano, un poco la uso yo y otro poco vos y en el mientras tanto vemos como convivimos” y así fue. Un día le tocaba a Luder y lo que se llamaba la burocracia sindical y no salió,  otra vez le tocó a Ménem, otra vez a Duhalde a Kirchner. El problema es que mientras tanto no fuimos capaces de discutir qué hacemos con la herencia realmente y así estamos, disfrutando de la casa de verano, que se llama poder, pero la verdad es que no definimos  lo que queremos hacer y no sabemos claramente que somos. Mirando en retrospectiva, ¿cómo explicamos las cosas que pasaron en los años ´90?.   Seguramente dentro de dos o tres años cómo vamos a buscar explicar las cosas que pasaron en este tiempo. Es un desafío que tenemos.

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