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miércoles , abril 24 2024
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Pierrot el loco

POR GUSTAVO RAMÍREZ

“No es posible tener imágenes nítidas cuando hay ideas confusas” J. L. Godard

 La Náusea

Asimilada la derrota pírrica las observaciones circundan el armado del nuevo gabinete gubernamental. Cambiemos desplegó una parafernalia de cuadros técnicos vinculados con el universo empresarial más que con la política. Ello habla a las claras de que el cambio anunciado en campaña tiene que ver con subvertir el orden actual y poner a la economía en sintonía con el universo europeo y la Alianza del Pacífico. El placer orgiástico del mercado sobre la cadencia uniforme de la política. Cada una de las áreas ministeriales es sensible al proceso ideológico que se avecina. Someter la política a los designios del mercado o a la voluntad expresa del interés económico de los grupos dominantes. En coherencia con dicho lineamiento el economista Jorge Triaca fue designado como ministro de Trabajo. Lejos del universo laboral y portador de apellido, poco ilustre en el ámbito, su nombramiento genera una tensa calma en las dirigencias sindicales. Las fuentes gremiales aseguran que dentro de los nombres que se manejaban para el ministerio, éste era el menos malo. Aun así, y si bien en las altas esferas sindicales se habla de prudencia, hay más dudas que certezas sobre lo que se viene en materia laboral en el país. Las expectativas no son optimistas. Pero nadie quiere hacer el papel de Pierrot en éste momento. Dos de los temas sensibles para el Movimiento Obrero se condensan en: Paritarias y el sostén de puestos de trabajos. Nadie confía en las palabras del macrismo al respecto. Hay dirigentes que ya hablan de reorganizar al movimiento para resistir. La fe se cifra en la duda. Habrá que superar la etapa de la náusea para afrontar lo que se avecina.

Crimen y Castigo

El tiempo vale tiempo. Los futuros funcionarios macristas se mueven. Desde el área de transporte han tenido varias reuniones con organizaciones sindicales a fin de no dejar nada librado al azar y buscar establecer cierto consenso para los primeros meses de gobierno. El futuro ministro de Trabajo, Jorge Triaca hijo, se mostró optimista ante la posibilidad de confluir con el sindicalismo en un pacto social. En este sentido habrá que ver a quien elige como interlocutor válido para legitimar dicho pacto social. La división de la CGT no es un tema menor y será difícil conformar a todos los sectores. Algunas fuentes de Trabajo sostienen que antes de llegar a dicho acuerdo se impulsará la unión de las centrales obreras o al menos tratar de tener en la mesa la mayor cantidad de gremios posibles. Algo que por el momento se torna dificultoso. Triaca adelantó, en varios medios, que es posible atar las paritarias a la producción de las empresas. Este condicionamiento desvirtuaría la negociación. Sin presentar balances las empresas se refugiarán en la especulación bajándole el precio a los acuerdos. Es complicado pensar que los gremios aceptarán esta propuesta resignando poder adquisitivo. El futuro Ministro adelantó que las empresas están en condiciones de evaluar cual es el mejor beneficio para su planta de producción. Esto produce alarma entre los trabajadores si se tiene en cuenta que dicha perspectiva puede abrir la caja de Pandora de los despidos indiscriminados. Para que se entienda. Desde el macrismo vienen trabajando fuerte en una idea matriz: Heredan un país caótico en materia económica. Sin números concretos despliegan su arsenal discursivo de sentido común. Se apoyan en la pedagogía mediática y se instalan en una crisis ficcional que les permitirá realizar un falso diagnóstico que a su vez les permite argumentar la implementación del ajuste. La ecuación aun es más clara. Más allá de la especulaciones políticas y los lineamientos ideológicos los que perderán después del 10 de diciembre con una devaluación importante serán los trabajadores. Quienes en el contexto que se avecina serán presas fáciles del crimen y del castigo social de un gobierno insensible en la materia.

Fahrenheit 451

“El diez apago todo. Me voy unos días afuera, no quiero estar cuando asuma éste tipo”. La voz del dirigente gremial suena quebrada. Es también una vos impotente. La charla continúa sobre culpas internas. Ya es tarde pero alguna cabeza tiene que rodar. Impotencia es la palabra que resume el momento. “Por ahora hay que esperar”, dice el sindicalista. Fuera de órbita el escenario es complejo. Lo que sonaba fuerte antes de las elecciones se diluye en el momento. Es decir, ningún dirigente se atreve a hablar de la unidad sindical. La expectativa está centrada en lo que hará el presidente electo Mauricio Macri, en materia económica. Hay quienes quieren ver a los soldados de Cristina en acción si esto se incendia en poco tiempo. Es una especie de pase de factura por un aplauso fácil que desdeñó desde un principio a Daniel Scioli. El fuego Fahrenheit alcanza a La Cámpora. Vienen días intensos para el Movimiento Obrero. Nadie sabe con certeza que piensan Caló o Moyano de éste momento.Los principales referentes de una disputa que recién comienza. Los une el peronismo. Ambos, por separado,coinciden en la necesidad de una restructuración del PJ a nivel nacional y con los trabajadores como principales motorizadores del movimiento. Por el momento todo es espera y especulación.

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