La Señal Medios Sentir, pensar, actuar
Articulos Relacionados
por Héctor Amichetti *
«A nombre de vuestros propios intereses os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra salud, de los que meditan vuestra ruina».
Bien podría aplicarse a este momento histórico el consejo dirigido por el general San Martín a sus compatriotas hace aproximadamente 200 años.
Para San Martín, Bernardino Rivadavia era un hombre de «infernal conducta».
Siendo Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Rivadavia pidió un préstamo de un millón de libras esterlinas a Gran Bretaña ofreciendo como garantía rentas y tierra pública.
El empréstito se convirtió en una verdadera estafa, Argentina pagó 14 veces la deuda contraída hasta cancelarla en el año 1904.
Durante la «Década Infame», el presidente Agustín P. Justo instruyó a su vice: don Julio A. Roca (hijo), sellar un acuerdo con el Vizconde Walter Ruciman, representante del gobierno de Gran Bretaña.
Mediante el bochornoso Pacto, Gran Bretaña se comprometió a comprar carne argentina a muy bajo precio a cambio del compromiso argentino de liberar de impuestos el ingreso de productos británicos al país y no habilitar frigoríficos de capitales nacionales que pudieran hacer competencia a los de capitales ingleses.
La creciente deuda contraída a causa del desventajoso convenio Roca-Ruciman recién pudo ser saldada en 1952 por el gobierno del presidente Juan Perón.
Perón se negó a integrar a nuestro país al Fondo Monetario Internacional y además saldó el total de la deuda externa, es más, durante el segundo gobierno de Perón, Argentina pasó de tener una deuda que ascendía a los $ 12.500.000.000 a ser acreedor de $ 5.000 millones.
El gobierno militar que derrocó a Perón se alineó con Estados Unidos e incorporó a Argentina al FMI. Para financiar importaciones desde Europa, el dictador Aramburu solicitó a los bancos europeos un crédito por 700 millones de dólares.
Con el tiempo, y ante la falta de pago, el Ministro de Finanzas francés convocó a los 11 acreedores extranjeros de nuestro país para renegociar el empréstito. Así nació el «Club de París».
Esa deuda proveniente de la «Dictadura Fusiladora» del ’55 se prolongó y amplió en el tiempo. La «Dictadura Genocida» del ’76 suspendió los pagos y la declaró en default.
Entre gobiernos militares de facto y gobiernos civiles democráticos y claudicantes, Argentina fue entregada a manos de la Dictadura del FMI y de otros organismos financieros internacionales, producto de una monstruosa deuda externa.
Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner repatriaron esa deuda y rompieron la dependencia con el FMI, además de retomar la renegociación de las cuentas aún pendientes con el «Club de París» provenientes del ’55.
No tiene sentido agregar mucho más.
El debate no fue anoche, recorre toda nuestra historia.
Mientras San Martín nos repite:
«A nombre de vuestros propios intereses os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra salud, de los que meditan vuestra ruina».
* Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Político Sindical Federal
