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Entrevista a Carlos Rodríguez Almaguer: 12 de octubre y actualidad caribeña

Como todos los años el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, anteriormente llamado Día de la Raza, trajo consigo manifestaciones y declaraciones contrarias a la celebración de la llegada de Cristobal Colón a un continente antes desconocido para los europeos. En diálogo con La Señal, el historiador cubano Carlos Rodríguez Almaguer analizó y debatió con Gabriel Fernández el legado de la llegada de los españoles a América en 1492.

Carlos Rodríguez Almaguer es un hombre polifacético, que abarca de la tarea académica a la literaria. Nacido en Cuba en 1971, actualmente vive en República Dominicana. Es autor de un libro sobre su compatriota José Martí, «Por los caminos de la vida nueva». Una entrevista intensa, con pensamientos que abarca diferentes enfoques en la búsqueda de una identidad latinoamericana.

-La Señal: ¿Qué significa el 12 de octubre para usted?

-Carlos Rodríguez Almaguer: Para mí específicamente significa conquista, saqueo y exterminio de una cultura o de varias culturas, que venían creciendo en nuestra América y que fueron brutalmente cortadas de ese devenir histórico. Martí dice que la conquista el hecho de arrancar una página a la historia de la humanidad, porque al nombre de la conquista se le ha solido agregar otro nombre un poco ‘light’, un poco eufemístico, que es el de civilización. ¿A quién civilizaron? ¿quiénes eran sobre todo los civilizadores? Los civilizadores en el caso de la conquista de los españoles eran por lo general marinos pobres, contratados en los puertos, una buena parte delincuentes, ladrones, caballeros desheredados, que venían en busca de aventuras, dinero y riquezas. Muy mal podían civilizar estas personas inciviles y de hecho, por ejemplo aquí en La Española a donde ellos llegan el 5 de diciembre de 1492, desde la misma llegada ocurre ya un primer incidente que es el naufragio de una de las tres carabelas de Colón. Y con la madera de esa carabela tuvieron que hacer un fuerte al que llamaron Fuerte de Navidad, y ahí quedaron treinta y nueve hombres que no pudieron regresar a España, custodiando ese fuerte en espera de un segundo viaje. Al mismo tiempo tratando de establecer contacto con las comunidades aborígenes de La Española (ya habían hecho contacto con el cacique Guacanagarix, era uno de los caciques que dirigían los cinco cacicazgos en que se dividía La Española y en general lo que hoy forma la República Dominicana y Haití). Y no más salir Colón de aquí los mismos españoles se pelearon entre ellos por el oro, se dividieron, algunos abandonaron el fuerte, hubo robo a los mismos indios, hubo violaciones, y en función de eso el cacique Caonabó ataca el fuerte, quema el fuerte y mata a los treinta y nueve españoles que habían allí. De manera que cuando Colón regresa no encuentra a nadie, encuentra el Fuerte de Navidad hecho cenizas, y por ahí empiezan las primeras resistencias aborígenes a los españoles. Otro de los caciques de aquí, Atuei, es el que abandona La Española y se va al oriente de Cuba y organiza la resistencia de los cubanos, a principios de 1500, 1510, cuando llega allí el adelantado Diego Velázquez. Es decir que, en toda nuestra América, desde esa etapa hasta las grandes rebeliones de los comuneros en la Nueva Granada, las grandes rebeliones del siglo XVIII en los Andes, Túpac Amaru, Túpac Katari, fueron rebeliones contra un poder que para nada era civilizador, era un poder esclavizador. En el caso de La Española por ejemplo en 1508 dice el padre Bartolomé de Las Casas, existían aproximadamente sesenta mil aborígenes de la cultura tahína, que eran los que habitaban en estas regiones (sobre todo en Puerto Rico, República Dominicana, Haití y el oriente de Cuba).  Pero esas culturas tahínas existían por ejemplo en La Española en 1508, alrededor de sesenta mil. Veinte años después quedaban unos seiscientos. Entonces ¿es civilización, es encuentro de culturas o es exterminio de una población en función del objetivo principal que trajeron los conquistadores europeos al caso de la América del Sur? Porque hay que diferenciar las dos variantes del proceso de colonización de los dos factores continentales. La América del Norte a donde llegaron los que fueron habitantes allí, los primeros del Mayflower (N. del R. el barco que transportó a los primeros colonos ingleses a los actuales Estados Unidos) llegaron con sus arados, con sus semillas, con sus libros religiosos y de leyes a fundar una nación donde vivir, huyéndole a las persecuciones religiosas europeas. Pero los que vinieron a conquistar la América del Sur, españoles y portugueses, vinieron no a quedarse a vivir acá, sino a buscar dinero, a buscar el oro, a buscar las riquezas para volver a disfrutarlas en España.

LS: Correcto el inicio, sin embargo el proceso en el transcurso en realidad en el norte se eliminó y se los condenó a reservas. De hecho es completamente anglosajona blanca. Hubo exterminio en el norte, mientras que en el sur hubo mestizaje. Y este mestizaje generó el nacionalismo popular democrático latinoamericano, el pensamiento. Es decir, una vez que la tarea de conquista se desplegó, con lo caracteres que muy correctamente acaba de describir, con el crimen y con el saqueo, una vez que la población comenzó a migrar hubo un encuentro efectivamente de culturas, aunque duela decirlo porque es la propaganda oficial, donde se genera Fidel Castro, Juan Domingo Perón, Hugo Chávez, Jorge Abelardo Ramos, José Hernández Arregui, Arturo Jauretche, Víctor Raúl Haya de la Torre. Ese es el pensamiento nacional latinoamericano. El lugar donde las tradiciones indias lograron tomar lo mejor de Europa y llevarlo adelante en la población migrante mancomunada. Digo esto porque una narración demasiado estricta que se extienda por 500 años puede llevar a la búsqueda de la pureza racial indígena, que es otra variante del racismo, ¿no le parece?

-CRA: Es correcto tu análisis y yo creo que equilibra un poco el análisis que yo te hice, que por tratar de quitar de en medio la idea del encuentro, de que fue solamente un encuentro de dos culturas muy amoroso y muy plausible como se ha querido pintar, tal vez me fui al otro extremo, pero ahí está también José Martí. Un hombre que se enorgullecía de descender de esas culturas originarias. Él decía que la inteligencia americana es un penacho indígena, que el mismo golpe que paralizó al indio paralizó a América, y que América no se empezaría a andar bien hasta que se echara a andar el indio. Ese es José Martí. Es decir hijo de españoles, que sin embargo se siente culturalmente heredero de las mejores tradiciones de las culturas originarias.

-LS: Es que en realidad uno puede llamarse Fernández de apellido. Mi procedencia es española, italiana y francesa, pero yo soy argentino, yo soy latinoamericano, no acepto ser europeo. Creo que eso es lo interesante. Tomar una raigambre histórica, algún aporte, pero en modo alguno sentirse parte de una civilización ajena. En ese sentido, por ejemplo, León Gieco tiene una canción llamada ‘Cinco siglos igual’. Yo digo que es un disparate absoluto. ¿Cómo cinco siglos igual si hubo una Revolución Cubana en el medio, si estuvo el 17 de octubre en la Argentina, si se creó el UNASUR? ¿Cómo cinco siglos igual si estamos de pie?

-CRA: Yo creo que la idea de Martí en su gran ensayo ‘Nuestra América’, publicado en enero de 1891, hace un análisis de este tema de la conquista y la colonización de América. Y ahí él habla de la civilización y la barbarie, acudiendo por supuesto a la teoría de Sarmiento. Martí dice que no hay guerra entre la civilización y la barbarie sino entre la falsa erudición y la naturaleza. Porque él creía que había que tomar lo mejor de las culturas europeas y norteamericanas, y eso injertarlo en el barro propio, en las culturas tradicionales americanas. Nuestra república es el mundo, pero el tronco debe ser el de nuestra república. Martí está defendiendo la autoctonía, y está diciendo además que la conquista si bien fue un proceso que contribuyó al desarrollo al mismo tiempo frenó y le robó una página al universo. Dice él, ‘dos palabras que siendo una contradicción constituyen un proceso.’ Es decir que, ahí hay un proceso simbiótico, una relación de amor-odio.

ACERCA DE REPUBLICA DOMINICANA Y HAITI

Luego, el entrevistado se refirió a la actualidad política de la República Dominicana, donde reside actualmente, y a la de Cuba, su tierra natal: “De la República Dominicana te puedo decir que está en un franco proceso de lucha por la consolidación de su democracia y de sus instituciones nacionales. Creo que hay un fermento muy bueno en este minuto, sobre todo en un año pre-electoral. El año 2016 será un año en que la República Dominicana irá una vez más a las urnas, y es el año en que estará desempeñando, por el sistema de rotativo, la presidencia pro-témpore de la CELAC, y yo creo que está jugando un papel importante el desarrollo de iniciativas sobre el tema de la integración regional. Por ejemplo, República Dominicana es en el área de Centroamérica y el Caribe, el único país que tiene un Ministerio de Integración Regional, para políticas de integración regional. Y ese ministerio está llevando a cabo una labor bien fuerte hacia adentro, hacia la población, en función de educar para la integración. Es imprescindible que los pueblos nuestros se conozcan para que puedan tener una tendencia natural (sin miedos, sin desconfianzas) a propiciar la integración. La integración económica, cultural, social, en todos los sentidos. Y yo creo que en ese aspecto la República Dominicana ha ido poniendo su granito de arena. Hay también que tener en cuenta la singularidad de la República Dominicana a partir de que es uno de los pocos países en el mundo que comparte una isla con otro estado, con el estado haitiano. Un estado que ha sido castigado«.

Explicó que “más allá de sus culpas, no le acaban de perdonar al Haití revolucionario el haber hecho la primera república negra del mundo, la segunda república de América. Una vanguardia que pagó y que sigue pagando muy caro. Estoy hablando del pueblo haitiano, no estoy hablando ni siquiera de las élites haitianas, estoy hablando del pueblo haitiano. Y yo creo que el pueblo dominicano en ese sentido, ha tenido que vivir un drama histórico en relación con su relación respecto del pueblo haitiano. Este tema ha sido, (a mi juicio, que estoy viviendo aquí hace más de dos años), injustamente utilizado por campañas que buscan de alguna manera o buscar simpatía o buscar desacreditar. Pero mi opinión como ciudadano y como historiador, es que el pueblo dominicano es uno de los pueblos que más solidario ha sido siempre con el pueblo haitiano. Y eso no es teoría ni es academia. Eso es lo que estoy viendo en la calle, en el día a día. El haitiano vive en la República Dominicana como uno más y, a nivel de pueblo, yo creo que es uno de los pueblos (el dominicano) más solidario que existe con el pueblo haitiano y en ese sentido creo que es un proceso interesante desde el punto de vista también histórico y antropológico, donde uno puede comprobar en la realidad cotidiana de la república«.

ACERCA DE CUBA

«Con respecto a Cuba, imagínate un ‘sluger’ al que han tenido bateando a la mano contraria durante cincuenta años y de buenas a primeras lo cambian a la mano derecha. ¿Qué se podrá esperar después que eliminen por fin el desdichado bloqueo económico que han tenido contra Cuba? Porque lo de embargo es un eufemismo. El bloqueo es una política genocida, contraria a la carta de las Naciones Unidas y a los Derechos Humanos. No en balde la Asamblea General viene votando durante más de veinte años, con una abrumadora mayoría, contra ese bloqueo. Y esperemos que un milagro de ese tipo, una cosa paradójica de ese tipo se va a ver el próximo 27 [de octubre] cuando se vuelva a someter ese proyecto a la votación y entonces el mismo estado que ha impuesto ese bloqueo durante más de medio siglo se vea en la obligación producto de su política actual de votar en contra de su propia ley o por lo menos de abstenerse«.

Finalmente Rodríguez Almaguer se refirió a la reciente visita del Papa Francisco al país antillano, a la que calificó de “muy importante, y eso también nosotros los latinoamericanos tendremos que agradecérselo siempre a la Argentina, que haya dado un hombre como Jorge Bergoglio, que independientemente de las críticas que puedan hacerle los que tienen mayores informaciones sobre su devenir histórico, creo que es innegable el papel que para bien de América Latina está desempeñando en este minuto como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Y en ese sentido yo creo que la visita del Papa a Cuba, es colofón de más de un año de una labor silenciosa, sutil, de altísima diplomacia, en la que se han podido venir encajando y también orillando problemas, conflictos, diferencias, para llegar a un entendimiento en lo esencial que es poder sentarse a discutir las diferencias y las posibilidades de colaboración en igualdad de condiciones. Porque decía Martí que pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es aquel que da hombres generosos y mujeres puras. Y que Cuba ha sido un país que ha dado hombres generosos, un pueblo generoso, eso no lo duda nadie. Porque ahí están las misiones médicas en todas partes, las escuelas latinoamericanas de medicina, ahí están los maestros. Están incluso los militares cubanos que fueron a ayudar a extinguir en África ese régimen terrible que fue el Apartheid. Luego todo el mundo aplaudió a Mandela, pero nadie, hubo muy pocos (me refiero a las élites, no me refiero a los pueblos, que nunca se equivocan), pocos se acordaron del papel que habían tenido los soldados cubanos a la hora de aplastar el sistema oprobioso del Apartheid en Sudáfrica y contribuir a la liberación de Mandela, a la liberación de Namibia, y a que se consolidara la República de Angola de Agostinho Neto«.

MG/GF/RG

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