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Esa fue la pregunta que surgió en La Señal. ¿Cómo puede ser que un millonario especulativo, que generaliza a todos los vecinos, sean mexicanos o canadienses como delincuentes, violentos y malas personas, sea tal vez el próximo presidente de los Estados Unidos?
Para dilucidar el tema, Gabriel Fernández convocó al analista internacional Néstor Gorojovsky, quién afirmó: “la economía capitalista estadounidense si no se expande, muere. La relación Estados Unidos-Canadá siempre fue de permanente avasallamiento. Desde que el país nació. Una de las primeras cosas que se proponían los padres fundadores era invadir Canadá. Estados Unidos, en realidad, tan sólo después de la Segunda Guerra Mundial descartó la posibilidad de invadir a su vecino. De hecho, la defensa contra el gran vecino del sur es una de las razones que motivaron a los gobiernos conservadores canadienses a garantizar un sistema estatal de colonización agrícola hacia el oeste, como medida para paliar un intento de invasión”.
Dando cuenta de la complejas características de la sociedad estadounidense, Gorojovsky trazó un mapa para dar cuenta de las mismas y el surgimiento de Donald Trump: “Cuando la economía se paraliza, la tendencia interna brota con mayor claridad. Calculo que por el peso del voto negro e hispano, Trump tendría un freno. Pero no olvidemos que ellos tienen todo armado para no votar. Hay sectores que saben que votarlo significaría ponerse una pistola en la boca y disparar. Pensemos que el mexicano existe para que el negro no sea el último orejón del tarro. La famosa idea de la tolerancia y la convivencia no es otra cosa que la consagración de una forma muy clara de racismo. Convivimos pero no nos mezclamos. El sistema ideológico profundo del racismo sudafricano antes de Mandela”.
¿Se corre el mapa yankee hacia la derecha? Gorojovsky dio cuenta que “un país tan próspero se da el lujo de tener dos alas derechas. Barack Obama recién se atrevió a llevar adelante gran parte de su programa a meses de dejar la Casa Blanca: pacto con Irán, política migratoria. Me recuerda una observación sobre el imperio romano: `nunca tuvo mejores fortificaciones que cuando estuvo a punto de derrumbarse´. La estadounidense es una comunidad sociológicamente arcaica que busca amurallarse y tiene campo abierto sembrado por el carácter fanático talibán de los protestantes ingleses que llegaron a América para fundar la nueva Jerusalem, y los ingleses sacaron de las islas a patadas. Allí aparecen los Donald Trump”.
CA/GF/RG
