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Por Leonardo Martín*
Marcelo Tinelli finalmente logró el objetivo que se había trazado y por el cual trabajó intensamente en los últimos meses: desembarcar en la AFA, comenzar a pisar fuerte en el mundo de las decisiones del fútbol argentino. No le fue fácil, pero lo alcanzó. La invención de una Vicepresidencia Tercera con la cual fue nombrado y la decisión de llamar a elecciones en marzo del próximo año son signos contundentes de una posición de fortaleza dentro de la AFA.
El martes 18 de agosto fue un día frenético, de negociaciones, charlas mano a mano, sin emisarios de por medio, entre los dirigentes que pugnan y otros que no quieren perder el poder en AFA. Fue el día del desembarco en la calle Viamonte, en donde Tinelli puso la piedra basal de un proyecto al que aspira para su futuro próximo.
En las últimas semanas puso quinta y apretó el acelerador para convencer y “persuadir” a dirigentes de otros clubes, intensificó los guiños con la alta política y aprovechó el relieve de su figura pública para trabajar sobre su gran objetivo. Lo logró, no quizás como hubiera deseado, con la posibilidad de participar de unas elecciones en octubre próximo, pero quedó claro que es un actor de peso que comenzó a ser parte de la mesa chica y que va a tener una chance concreta en marzo del 2016. Después de días conflictivos, con fuertes declaraciones cruzadas y amenazas, se firmó un armisticio. Resta ver si tendrá una duración extendida en el tiempo o si es una simple tregua.
De acuerdo a las relaciones de fuerza parece un acuerdo lógico y sensato. Ni la vieja guardia cercana a Grondona ni Tinelli en soledad parecían estar en condiciones de mantener un liderazgo y control por sí solos de la AFA. La imagen de «unidad» que mostró en los últimos días es un reacomodamiento de las piezas donde los dirigentes tradicionales de la institución permanecerán en sus cargos, al menos por unos meses más, y con la posibilidad de extender a partir de marzo en un eventual gobierno de consenso. Por su lado, Tinelli comenzó a moverse en un plano que conoce bien y en cual es exitoso: los negocios, la generación de dinero y búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento.
El diagnóstico es que es necesario y posible multiplicar los ingresos para equilibrar las críticas cuentas de la enorme mayoría de los clubes, también de la AFA. Allí entrará en juego Tinelli para lo cual ya dio algunos indicios del camino a recorrer. Introducción de pauta privada en Fútbol Para Todos, mejorar la comercialización de los derechos del fútbol local en el exterior, explotar la «Marca Messi» al organizar partidos amistosos con la Selección Nacional, también incrementar los contratos por la indumentaria y sponsors. Otro punto que se planteó fue revisar el vínculo con la empresa Santa Mónica, encargada de la organización de la Copa Argentina.
Al menos públicamente se habló poco de cómo se repartirían los ingresos nuevos. Si eso se hará en forma equitativa, por ejemplo buscando mejorar el dinero que hoy reciben los equipos ascendidos en el último torneo o si se comenzará a distribuir de acuerdo a pautas más propias del mercado. Esto quiere decir más hinchas, más rating, más dinero. Algo que de hecho hoy sucede, pero no con la desigualdad de otros tiempos u otras ligas.
Marcelo Tinelli ha comenzado un nuevo capítulo en su vida. De exitoso conductor y empresario de medios a hombre fuerte del fútbol argentino. Ya tiene su oficina en la calle Viamonte y es parte de la «mesa chica». En marzo podrá ir por la presidencia de manera formal, quizás en un conducción de consenso donde la vieja guardia retenga aún puestos importantes. Lo que queda claro es que los negocios, la generación de dinero será su principal función. Resta ver si habrá una convivencia pacífica o si con el tiempo comienza a desgastarse lo que hoy fue una unión más por necesidad que por convicción.
