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jueves , marzo 28 2024
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#Brasil / Eric Nepomuceno: «Veo un desgaste hasta que se alcance la ingobernabilidad e impedir la vuelta de Lula»

Brasil está pasando un momento delicado en múltiples aspectos. Atraviesa una fuerte crisis política, con la presidenta Dilma Rousseff debilitada y muy cuestionada por supuestos hechos de corrupción en Petrobras. También pasa turbulencias su economía en recesión con una aceleración de la devaluación del valor del  Real en las últimas semanas.

Para charlar sobre la crisis política que atraviesa Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) y de las consecuencias sobre el liderazgo de Lula entrevistamos al periodista brasileño Eric Nepomucemo. Allí analizó y le dio un marco explicativo a la situación que atraviesa el gigante brasileño dejando en claro la operación político-mediática sobre Dilma, pero también marcando los errores que ha cometido la actual presidenta de Brasil. Una mirada interesante para comprender que es lo que está sucediendo en el país vecino.

La Señal: ¿Cómo se está viviendo la realidad política en Brasil?

Eric Nepomuceno: Con mucha tensión y preocupación. Es una historia que no comenzó ahora, hay fallas y equívocos del gobierno popular de Dilma Rousseff sobre todo por no haber interpretado bien las manifestaciones callejeras de mediados del 2013. Independientemente de equívocos y fallas de parte del gobierno lo que se ve en Brasil es una polarización atípica. En Brasil, desde la llegada de Lula al poder, en las elecciones había tensión y disputa por el voto popular, pero en los últimos ocho meses desde la reelección de Dilma, lo que se ve es una derecha muy furiosa, iracunda que se opone al gobierno y quiere que termine porque sí. No hay en la oposición brasileña ningún proyecto o propuesta alternativa. Lo único que se oyen son gritos de `Fuera Dilma´, `Basta ya´. San Pablo pese a tener un alcalde del PT (Partido de los Trabajadores) es el gran núcleo de la derecha, del conservadurismo y más aún del reaccionarismo. Están en contra de Dilma, del PT y de la humanidad.
Hay casos que se repiten a lo largo de Latinoamérica, por ejemplo en Argentina y Venezuela.

LS: ¿Esto es una revancha de los sectores oligárquicos y de poder tradicionales de Brasil que atacan, por ejemplo,  a través de los medios de comunicación como la Rede Globo?

EN: La derecha tiene en Brasil cuerpo y voz en los medios hegemónicos. Está la Rede Globo, pero yo también destacaría la Editorial Abril, básicamente la revista semanal Veja, que pese a haber perdido mucho de tirada y circulación sigue siendo la más poderosa de Brasil con 800 mil ejemplares  que es un panfleto semanal. Hay datos concretos, hay un esquema de corrupción involucrando a Petrobras y a las grandes constructoras de Brasil. Hoy están detenidos Andrade Gutierrez, presidente de la segunda mayor constructora de Brasil, y de Roberto Odebrecht que es de la primera de nuestro país y de Latinoamérica. Hay una situación concreta, pero si uno va a ver con más calma se pregunta ¿por qué están presos si no fueron juzgados ni condenados? El esquema de la justicia partidarizada en Brasil con mucha exposición mediática es algo que también preocupa cuando se ve bajo la óptica del Estado de Derecho porque si a mí me acusan de algo y me van a investigar es una cosa, pero meterme en la cárcel con excusas del estilo de que `puedo obstruir a la justicia´, `intentar escapar´ ese juicio lleva tiempo y si hubiera querido escapar ya hubiera escapado. Todo es muy turbio en Brasil, vivimos un período muy delicado, nebuloso y gris.

LS: ¿Cuál es el rol de PT y de Lula en la crisis?

EN: Todo el ataque mediático desde la llegada de Lula al poder en el año 2003, a lo largo de sus dos mandatos presidenciales, fueron contrarrestados por el carisma personal de Lula, por los logros económicos, las bondades de los proyectos y los programas sociales que llevó a cabo. Dilma no tiene ningún carisma, además no le gusta para nada el juego político. Dilma es, como decimos en Brasil, una buena “hacedora”, no una buena “negociadora”. El PT está muy acorralado, con una presidenta muy debilitada, traicionada por los aliados en el Congreso, está viviendo también un momento muy delicado. Buscan una salida a una situación que se complica cada día.

LS: ¿Dilma puede caer?

EN: Es un escenario muy delicado, pero yo no creo que caiga Dilma de ninguna manera. No hay ninguna posibilidad de un golpe militar en Brasil o de un  golpe parlamentario, que es lo que quieren sectores de la oposición y sectores de los aliados, que eso es lo más grave. Ese golpe parlamentario sería muy difícil porque en última instancia funcionarían como paragolpes o bomberos frente a un incendio líderes sensatos de la oposición concretamente pienso en el ex presidente Fernando Enrique Cardoso. Yo no veo esa posibilidad, pero además todavía hay mucho liderazgo de Lula. No es lo que era hace un año pero aún es una figura importante. La fragilidad política de Dilma impide que se lleve adelante una serie de reformas en la economía. Las políticas económicas desde 2013 de Dilma fueron un desastre total. Hay un malestar en la población, el desempleo creció muchísimo. Brasil venía con niveles de 5 % de desempleo, hoy la media del año está en casi 7 % y hubo un mes como en junio que llegó al 9 %. Hay un malestar generalizado pero no veo la posibilidad de un alejamiento, de ninguna manera. La táctica de la oposición más sensata es una táctica muy cruel que consiste en desangrar a Dilma hasta la última gota y con eso destrozar la imagen del PT y de Lula con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2018. El año que viene el PT seguramente sufrirá un golpe muy duro en las elecciones municipales. El cuadro es complejo, pero yo veo más posible el desgaste permanente de Dilma con efectos terribles sociales, políticos y económicos del país. Veo un desgaste hasta que se alcance la ingobernabilidad, que de hecho ya casi vivimos, o que se alcance el objetivo de impedir la vuelta de Lula.

LS: Los sectores que desgastan a Dilma y Lula, ¿qué visión tienen del Mercosur y de la integración latinoamericana?

EN: Es algo preocupante por el peso económico y político que tiene Brasil tanto en Unasur como el Mercosur. Curiosamente Dilma que nunca le dedicó atención ni importancia a las relaciones exteriores ni a la diplomacia presidencial como sí lo hicieron  Cardoso  y, también,  Lula también,  de manera espectacular. En los últimos meses Dilma empezó a circular más, se acercó a EE. UU., pasó a tener una presencia presidencial más que diplomática y política en el ámbito regional. Ojalá no sea demasiado tarde porque si hay una ruptura institucional en Brasil los efectos en todos los vecinos serían inevitables. Observamos en Argentina una polarización muy fuerte, agudísima en Venezuela, presiones en Ecuador y también sobre Michelle Bachelett en Chile. Todas las conquistas de un sector más progresista en los últimos años en Sudamerica, todo ese espacio conquistado lo veo bajo presión. Hay que estar muy atento a lo de Brasil, no creo en la perspectiva a corto plazo de un golpe parlamentario como ocurrió con Fernando Lugo en Paraguay.

*Entrevista realizada en el programa Terapia de Grupo, Radio Cooperativa AM 770, sábados de 14 a 16 hs.

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