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viernes , abril 19 2024
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Polémica / Los Demonios de Loudun

Por Gustavo Ramírez *

Cuanto más siniestro son los deseos de un político,
Más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje
Aldoux Huxley

I
¿Será Cronos el que va acomodando los designios políticos en el tablero del destino?, ¿Hay lugar fuera del mito para la herejía circular de la trampa verbal?, ¿Está el campo nacional y popular pintado de negro mate después del cimbronazo escolástico peronista?, ¿Quiere Cristina desproporcionar el Movimiento a lo Bonzo en una hoguera sin combustible?, ¿Sueñan los progresistas con escaleras eléctricas que no conducen a ninguna parte?

Al principio fue el peronismo.

Un verbo singular y atemperado. Cadencioso, bullicioso, resplandeciente. La flor del mal que Baudelaire no pudo quemar. El Demonio de la historia que la progresía utópica aun quiere fuera del paraíso. Scioli- Zannini es la fórmula que el Demonio dio a luz la última semana. Una lluvia radioactiva venenosa que obligó, a los no peronistas, a autoflagelarse en las redes sociales. Una escena un tanto pornográfica por cierto.
Los presagios cargados de tempestad arreciaron con la franca armonía del conjunto social que apoya al Gobierno. Pero la tormenta fue un chaparrón. La novelita shakesperiana que montaron las viudas de Randazzo se terminó en la segunda página. Ante todo porque el ensamble de la conducción del movimiento nacional se movió con inteligencia más que con el sentimentalismo moral de Carta Abierta.

II
Frente al advenimiento del Mal las alarmas sonaron en falso. Existe una fuerte subestimación sobre la presencia de Scioli en el peronismo. Un relato afiebrado e infamante ha construido la imagen de un dirigente siempre débil y a la sombra de las delicias conyugales del peronismo pejotista. Al progresismo le sienta bien esa visión difusa de la historia moral del sujeto. En las telarañas subterráneas que teje el peronismo no caben las especulaciones mañosas sobre “el candidato”.

Bajo el pulgar de Cristina Randazzo se movió como el Arcángel Gabriel. Postuló su rol mesiánico como fuente energética del bien eterno. Se cantó a sí mismo en una celebración pagana que se celebró en una caverna cerrada. Los frutos de su gestión tienen que ver más con su demanda orgánica, como funcionario, que con su inteligente iniciativa. El funcionario apostó a ser Aquiles equivocando el destino de Troya.

Por fuera de las disputas inter-personales, la Presidenta de la Nación, reafirmó su liderazgo en la ejecución del arte de la conducción. “Soy peronista”, declamó en un acto. Muchos abrieron los ojos bien abiertos. Las interpretaciones del mundo desde el rancio aliento progresista se fueron diluyendo. Algunos postulantes de la revolución eterna comenzaron a barajar la idea de un posible voto en blanco, asumiendo a priori y sin distinción histórica que Scioli es un franco tirador a punto de suicidarse.

III
Los postulados intelectuales pueden ser ingratos con la realidad. Bajo la lupa de la interpretación los distingos se confabulan en gustos personales. Hubo quienes fantasearon con la idea de un kirchnerismo como estadío superador del peronismo. Despojaron de identidad ideológica la construcción política comenzada por Néstor Kirchner y lo reiteraron con Cristina Fernández. Una vuelta de tuerca para no proponer al peronismo como movimiento revolucionario y no perder así la potestad de la historia.

De a poco el Demonio deja de ser feo, sucio y malo. En una actitud desbordante de soberbia intelectual el seissieteochismo trató de promover, esta semana, una especie de evaluación político-moral al candidato propio. Scioli, con inteligencia, se prestó al juego para ir despejando dudas por las dudas. Conocedor del ardid mediático nada tranquilo por aguas sucias pero no turbulentas. La franquicia periodística de 6 7 8 es una quimera de voluntarismo sectorial que no expresa más que al oportunismo adventista de quienes se fueron acomodando a la última década.

Superando las diferencias formales está claro que la coyuntura demanda una integración armónica de todos los sectores que confluyen en el espacio. En ese sentido se puede interpretar el armado de cada una de las listas conformadas por el FPV. Sin olvidar que el grueso de los votos siguen siendo peronistas. La demonización de constituciones internas parte de la elaboración de un diagnóstico que no refleja el conjunto del desarrollo político de los últimos años. La referencia electoral es parte del conjunto de la táctica para sostener la estrategia en lo global.

El peronismo se nutre de liderazgo en la conducción, no en figuras retóricas del personalismo. Parte del debate que postulan algunos compañeros se centra en la posibilidad de perder el poder de la conducción estratégica al no manejar los ejes del gobierno. Descentralizada la perspectiva histórica el aporte apreciativo puede ser racional. Sin embargo, ahondando el estudio específico del peronismo y sin entrar en comparaciones metafísicas, las enseñanzas de Perón en la conducción son de vital importancia como cuerpo teórico práctico para comprender de qué estamos hablando.

El pragmatismo político también ha sido torpemente demonizado. En esa demonización existe una subestimación altisonante respecto a Cristina, que por cierto no es infalible, y a las bases populares. Desde tal perspectiva, que merendaba con el optimismo a flor de labio, no queda en claro que es lo más importante: si los hombres, los nombres o el proyecto. Algunos compañeros deberán sincerar sus posicionamientos ideológicos de cara a las elecciones y ubicarse en la historia. Simplemente para que cuando ésta pase no los sorprenda mirándose el ombligo.

Feos Sucios Malas / La Señal Medios.

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