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jueves , abril 25 2024
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Espacios Vacios

Por Gustavo Ramírez

1
El día después del paro nacional convocado por la CATT y la CGT opositora no se registra un cambio trascendental en el escenario político. Fuera del impacto del foro interno la medida no contó con el apoyo masivo del conjunto social. Por el contrario, la perspectiva de base se mueve bajo el paraguas del descrédito ante una dirigencia sindical que pretende generar estadios de presión en el terreno político.

Los diagnósticos vertidos por la convocatoria no hacen pie en una realidad que viene transformando el plano social de los trabajadores en manera positiva. El sostén de las paritarias marca una diferencia sustancial en desarrollo salarial de la masa trabajadora formal. Lo cual no implica negar los condicionamientos significativos de las problemáticas laborales. El trabajo informal continúa como eje referente de dichos problemas. Aun así el panorama no es negativo ni mucho menos críticos para los trabajadores.

De tal modo, el núcleo central de la convocatoria al paro trastoca los sentidos elementales de la medida. Más allá de las consignas simplificadoras, hay una gestión sindical que tropieza con sus propios errores al no poder poner en contexto su propio significante. Se establecen alianzas momentáneas que pretenden erosionar el mapa electoral adhiriendo a la falsa idea del caos. Ese sentido, que pretende darle marco a las acciones del sindicalismo opositor, desmerece la lectura profunda de la Argentina de los últimos doce años.

II
El anclaje declarativo sobre la cuestión impositiva, que recae injustamente sobre los asalariados medios, no describe la totalidad de la situación laboral en el país. El argumento esgrimido puede resultar válido y legítimo pero puesto en contexto y utilizado recurréntemente sin proposiciones alternativas, genera más recelo entre trabajadores que unanimidad. Sin agenda programática unificadora y con gremios importantes cerrando acuerdos paritarios, el paro no caló en la movilidad del statu quo político, social, ni electoral.

Las centrales obreras opositoras al gobierno son incapaces de ir más allá de una metodología de choque. Sin fuerza influyente en el terreno socio-político no logran, entre sus propias bases, traccionar votos hacia los candidatos que pretenden apoyar en estas elecciones. Mientras manifiestan un escenario de “crisis” la realidad los desautoriza. La Presidenta Cristina Fernández marca récord de imagen positiva. En dicho contexto son los trabajadores quienes ponderan las políticas sociales del kirchnerismo.

Según el informe del Ministerio de Trabajo en el tercer trimestre del 2014 se homologaron 596 negociaciones colectivas que engloban 2.796.000 puestos de trabajos. Para el cuarto trimestre del mismo año se registró una tasa de actividad del 45,2%. Mientras en el mismo período la tasa de empleo llegó al 42,1%. Por su parte la tasa de trabajo no registrado llegó al 34,3%. En tanto el desempleo se estimó en un 6,9 %. Para septiembre del 2014 el salario medio los trabajadores registrados en el ámbito privado trepó a 11.291 pesos.
Si tomamos referencias regionales de la movilidad salarial se puede observar que Argentina mantiene un proceso unificado en el desarrollo del poder adquisitivo del salario. El informe 2014-2015 de la OIT sobre la cuestión salarial destaca que entre los años 2012 y 2013 el “crecimiento del salario real perdió velocidad en América Latina y el Caribe, donde son el Brasil y México quienes más impulsaron las tendencias regionales”. La importancia de los datos radica en observar la medida real del contexto.

III
Los intereses políticos de la dirigencia sindical opositora se cifran en un corrimiento ideológico que termina despreciando la actitud gubernamental a partir de su desplazamiento estratégico. Una parte del sindicalismo no hace pie en actualidad a partir de la pérdida de una lectura global de la transformación de los paradigmas sociales en América Latina. Redundantes en su exposición resaltan la particularidad trascendente por la negativa del presente a fin de sostener, desde el mínimo sentido común, que todo tiempo pasado fue mejor, ninguneando el devenir histórico. Comparar éste 2015 con el 2001 es un desatino importante a la hora de comprender y encauzar el margen de la protesta social.

Parte del desvarío de esta dirigencia se encuentra en la conformación de alianzas que van en detrimento de sus propios intereses. Resulta, en cierto punto, cómico observar como viejos adversarios de ayer son leales componedores hoy. La izquierda trotskista, afecta al desprecio significativo del peronismo como actor revolucionario, simplifica su accionar abrazando causas anti-populares. El sentido vacío es la oposición al gobierno por la oposición misma. Da lo mismo estar con la Sociedad Rural o con lo que ellos llaman la Burocracia Sindical.

Por su parte el moyanismo, ahogado en su vaso de agua y con la enorme pérdida de su capital social, busca hacer pie en el mundo del revés. Su estrategia se signa en los impulsos instintivos de su conductor que para estas horas resta más de lo que suma. Tal es así que los supuestos aliados políticos de Moyano rehúyen a una simple foto, dando por seguro que la misma terminaría por ser pianta votos.
Sin llegar al fin de la historia los tiempos para cierta dirigencia sindical comienzan a ser acotados. Estos dirigentes, que basan sus criterios en su experiencia, no han podido realizar una actualización política-doctrinaria que les permita insertarse en un universo amplio en términos de construcción político-sindical. Su base de consenso se restringe a las paredes de su organización siendo incapaces de traspolar experiencias positivas a un campo global.

El alcance de la medida de fuerza a quedado desarticulado por la ineficacia propia a la hora de elaborar un diagnóstico sobre la situación concreta y presente del conjunto de los trabajadores. Por otro lado esta dirigencia opositora no puede ya alcanzar una representación capital del conjunto de la clase obrera. En parte por su oscilación ideológica que suma mérito para sumar de manera negativa y por otro porque ya no resulta creíble en la conciencia de los trabajadores que a la hora de elegir lo hacen salvaguardando sus intereses y no el de sus dirigentes.

* Feos Sucios Malas / La Señal Medios

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